domingo, 18 de septiembre de 2011

El punky y el señor bajito con bigote que conviven en tu cerebro

Imagínate la siguiente situación: Tenemos a dos personas compartiendo piso. Ambos tienen que ponerse de acuerdo para ciertas cosas comunes, tales como la comida, qué servicios comunes contratar (agua, internet, gas...), qué canal de televisión ver cada noche, si poner la calefacción o no por las noches... Hasta ahora todo normal y lo típico que hemos tenido que sufrir o disfrutar todos aquellos que hemos compartido piso alguna vez.

Ahora supongamos que las dos personas que comparten el piso son por una parte un "señor bajito con bigote" (le llamaremos Sr. Paquito), tradicionalista, nacionalista, creyente convencido, supersticioso, poco amigo de los cambios, hincha de su equipo de fútbol y votante convencido de su partido político "de siempre".

Por otra parte está su sobrino Federico, un estudiante de físicas de la universidad. Se pasa el día en el laboratorio haciendo prácticas entre tubos de ensayo e instrumentación de medida, toca en un grupo punk de la facultad, asiste a todas las manifestaciones antisistema que se convocan, es anarquista, ateo, y le encanta entrar en todo tipo de conversaciones científicas, religiosas y políticas, aunque siempre está dispuesto a cambiar su forma de pensar si se le presentan pruebas de que está equivocado (siempre que se siga el método científico).

Además de esto, el dueño del piso es el señor Paquito, así que Fede va a tener que acatar la mayor parte de las cosas que Paquito diga y decida, pero aquí hay otro inconveniente: Paquito es ciego, y depende de lo que Fede le vaya diciendo y contando. ¿Os habéis hecho ya una idea ya de la situación? Pues ahora imaginad que el Sr. Paquito es el hemisferio izquierdo de vuestro cerebro y Federico es el derecho.

Aunque desde siempre sabemos que desde el punto de vista motor, la parte derecha de nuestro cuerpo la controla el hemisferio izquierdo y la izquierda de nuestra cuerpo el hemisferio derecho, tengo noticias para vosotros:

Nuestros cerebros no son simétricos funcionalmente.

Cada hemisferio se ha especializado en cosas diferentes. El derecho se ha dedicado a funciones somatosensoriales (somato=cuerpo, sensorial=sentidos), es decir, a recoger lo que nuestros sentidos captan, tanto dentro (órganos internos) como fuera (sentidos externos) de nuestro cuerpo. El hemisferio izquierdo por otra parte se ha especializado en el lenguaje, reglas gramaticales y lógica (aquí podríamos hablar de la relación entre la gramática de tu lenguaje materno y tu lógica interna, pero será en otra ocasión).

Esto no quiere decir que el hemisferio derecho no comprenda el lenguaje o que el izquierdo no sienta, pero las regiones dedicadas a esas funciones son sensiblemente más amplias y especializadas en uno y otro hemisferio, lo que hace que se de una gran especialización funcional.

¿Cómo conocieron los científicos al Sr. Paquito y a Federico?

En 1968 Michael Gazzinaga publicó su trabajo "El cerebro dividido", en el que mostraba su experiencia con pacientes a los que se le había seccionado el corpus callosum (el "cable" que une los dos hemisferios del cerebro) para tratar epilepsias graves. Los pacientes mejoraron la epilepsia, pero surgieron unos efectos secundarios curiosos. Mejor que veáis el vídeo del propio Gazzinaga:



¿Qué había pasado? Pues que en este paciente el Sr. Paquito y Federico se habían separado y vivían en pisos diferentes. Cuando le preguntabas a Paquito una cosa respondía Paquito, pero cuando Preguntabas a Federico, respondía Federico. ¿Y cuando preguntabas a los dos a la vez? Pues dependiendo a quien preguntases responderían cosas diferentes. Esto es lo que nos cuenta Vilayanur Ramachadran (apodado el Marco Polo de la neurociencia) de sus experiencias con pacientes con cerebro dividido:



La mitad izquierda del cerebro es creyente y la mitad derecha atea.

El propio Ramachadran nos presenta en su trabajo "La biología evolutiva del auto-engaño" la experiencia con pacientes con daños en el hemisferio derecho del cerebro, en las zonas somatosensoriales (Federico) y sufren de anosognosia. Transcribo una de sus conversaciones con uno de sus pacientes (FD):

Rama: Sª D, ¿Cómo se encuentra hoy?
FD: Me duele la cabeza, ¿Sabe doctor? Tuve un ictus y me llevaron al hospital.
Rama: Sª D, ¿Puede andar?
FD: Sí. 
(La señora FD ha estado en una silla de ruedas las últimas 2 semanas y no puede andar).
Rama: Sª D ¿Puede levantar las manos, puede mover sus manos?
FD: Sí.
Rama: ¿Puede usar su mano derecha?
FD: Sí.
Rama: ¿Puede usar su mano izquierda?
FD: Sí.
Rama: ¿Son sus dos manos igual de fuertes?
FD: Sí, por supuesto que son igual de fuertes. 
Rama: ¿Puede apuntar con su mano derecha mi nariz?
FD: (Sigue las instrucciones y apunta con su mano derecha mi nariz).
Rama: Sª D, señale mi nariz con su mano izquierda. 
FD: (Su mano yace paralizada en frente de ella). 
Rama: Sª D, ¿Está señalando mi nariz?
FD: Sí.
Rama: ¿Puede ver claramente su mano apuntándome?
FD: Sí, está a dos pulgadas de su nariz.

Antonio Damasio también describe en "Buscando a Spinozza" a pacientes con similares lesiones. Algunos de ellos con anosognosia e incluso alguno con asomatognosia. En este caso especial de anosognosia, los pacientes racionalizan que no puedan mover el brazo afectado (normalmente el izquierdo) aludiendo que el brazo no les pertenece, sino que es de un familiar o un amigo.

¿Qué ha pasado en estos pacientes? Pues que Federico se ha ido de casa. 

Ramachadran en su artículo nos explica por qué suceden estas racionalizaciones. El hemisferio izquierdo es el responsable de darle sentido al mundo en el que vivimos. Desde que cuando sueltas algo, cae al suelo, a convicciones políticas, metafísicas, tradiciones, etc. Todo se basa en un conjunto limitado de reglas y generalizaciones creadas por el hemisferio izquierdo para ayudarnos a entender el mundo. ¿Cuál es la utilidad evolutiva de esto? Son dos principalmente.

  1. Nos permite tomar decisiones rápidas y sin tener que evaluar una y otra vez todas las posibles variables que nos llegan por nuestros sentidos.
  2.  Hace que las decisiones que tomemos sean coherentes con una estrategia dada, de forma que no se anulen las unas a las otras y sean efectivas.
El problema llega cuando las reglas que ha creado el hemisferio izquierdo entran en conflicto con lo que el hemisferio derecho registra del mundo exterior. Esto se llama disonancia cognitiva y suele venir acompañada por una sensación de ansiedad, por lo que la tendencia natural es reducirla. Aquí tenemos dos opciones: 
  1. Si la disonancia cognitiva es pequeña, podemos ignorarla o interpretar lo que el hemisferio derecho registra de forma que no contradiga las reglas existentes. Esto se llama racionalización o auto-engaño.
  2. Si la disonancia cognitiva es lo suficientemente grande, Asumir que las reglas que usamos no son válidas y crear un cambio de paradigma con unas nuevas reglas que expliquen mejor lo que estamos percibiendo del mundo. 
Ahora os voy a contar la historia de otro ejemplo de racionalización:

Imagínate que te despiertas en la cama de un hospital. Has tenido un accidente. Miras a tu alrededor y hay una persona igual que tu hermano. Su cara es igual, su pelo, su ropa, sus gestos... todo. Pero algo te dice que ese no es tu hermano. De repente entra alguien que se parece a tu mujer. Es igual que ella, incluso habla igual, huele igual... todo igual. Pero tu sabes que no es ella, es un replicante. Entonces, cuando se va, la llamas por teléfono. Al oír su voz sabes que es ella. ¡Por fin! Le cuentas que estás en el hospital y que hay una doble suya que se hace pasar por ella. Es todo una mascarada, pero por suerte ella mantiene su número de móvil y estás hablando con ella. Entonces ella te dice: "Cariño, la del hospital era yo, acabamos de estar juntos". 

Esto es lo que les sucede a los pacientes con síndrome de Capgras. Estos son personas que tienen seccionada la conexión entre el centro del cerebro que reconoce caras y la amígdala, que genera las emociones asociadas a las caras. En personas normales, hace que cuando veamos la cara de un familiar o un amigo haya una respuesta emocional inmediata. Sin embargo esto no sucede en estos pacientes. Su forma de resolver la disonancia cognitiva que supone la falta de una respuesta emotiva es racionalizar esa situación y asumir que sus seres queridos han sido sustituidos por replicantes o dobles.

Sin embargo, esto no pasa cuando los llaman por teléfono, porque la conexión de la amígdala con los centros de interpretación del lenguaje siguen intactos.

Aquí tenemos de nuevo a Ramachadran explicando el síndrome de Capgras: 


Para entenderlo mejor:

Una disonancia cognitiva es cuando el señor Paquito y Federico discuten. 

Imagina que han comprado una nueva cocina de inducción y Paquito quiere usar sus antiguas cacerolas. Su lógica es: "si han funcionado siempre, tienen que funcionar en la nueva cocina". Federico le dice: "tenemos que comprar unas nuevas cacerolas que funcionen con cocinas de inducción". 

Aquí Paquito tiene dos opciones cuando pruebe las cacerolas viejas y eso no se caliente: 
  1. Enfadarse y va a llamar a los que les han instalado la cocina nueva y gritarles que no funciona y que quiere que le devuelvan el dinero.
  2. Comprobar que, como ha dicho Fererico, no funcionan y resignarse a comprar unas cacerolas nuevas. 
Todos tenemos un Paquito y un Federico dentro de nosotros, y continuamente nos enfrentamos a racionalizaciones y disonancias cognitivas. Es muy importante estar alerta a esas racionalizaciones y a "cuando algo nos chirría". No escuchar a Federico nos puede llevar a radicalismos y fundamentalismos como justificar actos violentos o criminales por ideologías políticas o religiosas.

El hemisferio izquierdo interpreta el mundo que le llena por parte del hemisferio derecho. Pero "el mundo" nos incluye también a nosotros mismos. Por ello, algunas disonancias cognitivas implicarán cambios de paradigma tan grandes que el hemisferio izquierdo se negará a realizarlos. Esto pasa con creencias que expliquen el "propio yo", como religión, política, filosofía, etc.


Para asumir un cambio de paradigma las pruebas que llegan del hemisferio derecho tienen que pesar más que las consecuencias del cambio de paradigma que implica, y para que ese cambio deje se explicar como hasta ahora la propia existencia, las pruebas deben ser muy, pero que muy grandes.

Por ello la mayoría de la gente defenderá sus creencias vitales (aquellas que afectan a su propia identidad o existencia) de forma incluso irracional para el resto, pero racionalizada por y para sí mismos con el fin de no entrar en un incómodo cambio de paradigma. Por ello un consejo:

 No intentes discutir sobre religión con un creyente. Lo único que conseguirás es que él salga aún más convencido de la discusión de lo que estaba cuando ésta empezó.

Una estrategia diferente puede ser hacer que se explique y tratar de que se de cuenta de las racionalizaciones y aumentar las disonancias cognitivas y contradicciones en las que puede entrar a la hora de justificar sus creencias hasta que sean tan grandes que tenga que forzar un cambio o al menos dudar de su paradigma actual. De todas formas, si hablando con alguien detectáis que no resuelve las disonancias cognitivas, yo dejaría de discutir y trataría de cambiar de tema dejándole claro que no compartes su punto de vista y ya. No hay peor sordo que el que no quiere oír.

También tienes que tener cuidado, ya que puede que seas tú el que no esté resolviendo una disonancia cognitiva. Valora siempre si lo que crees saber es cierto o no y si es posible que la persona que tienen en frente pueda tener razón. Mantente siempre abierto a cambiar tu forma de pensar.

En este mismo trabajo, Ramachadran propone que la risa es una forma de expresar disonancias cognitivas triviales. El humor y los chistes se basan en eso, en historias en las que el final es sorprendente, absurdo y trivial, lo que genera carcajadas en todo aquel que "coge el chiste", que no hace otra cosa que resolver una pequeña disonancia cognitiva creada por la historia que se está contando y su final no esperado. Hay momentos en los que Paquito y Federico también se llevan bien y eso lo disfrutamos todos.

En futuros artículos me gustaría hablar más de Ramachadran y sus diferentes trabajos en otras áreas, como sinestesia o miembros fantasmas, pero eso será en otra ocasión.

Nota 1: El nombre de Feredico está puesto por Nietzsche y su "Dios ha muerto". El nombre del Sr. Paquito... sin comentarios.


Nota 2: En este artículo he usado estereotipos. No quiero decir que todos los creyentes sean bajitos y con bigote, pero sí que todos los creyentes se enfrentan a disonancias cognitivas y no las resuelven ni cambian de paradigma, sino que las ignoran y las racionalizan, al igual que cualquier militante político, activista, hincha o en general cualquier personas "con principios" (incluidos los punks).


Nota 3: Si te has sentido violento u ofendido por este artículo.... ¡Enhorabuena!. Estas sintiendo en este momento una disonancia cognitiva y ese era uno de los objetivos de este artículo. Está en tus manos si la ignoras, la racionalizas o creas un cambio de paradigma en tu hemisferio izquierdo. ¿A quien quieres escuchar? ¿A Paquito o a Federico?


Nota 4: La disonancia cognitiva también se puede dar en las ciencias. Sin embargo, un buen científico está siempre abierto al debate y a cambiar su forma de pensar, ya que ese es el camino por el que la ciencia avanza.

Nota 5: Este artículo lo quería escribir desde hace ya unas semanas, pero ha sido otro artículo y los comentarios que hay al mismo los que me han lanzado a escribirlo: ¿Por qué los creyentes no quieren escuchar los argumentos que critican su creencia?

miércoles, 14 de septiembre de 2011

¿Cumplen Facebook y las despedidas de soltero el Número Dunbar?

En algún artículo anterior ya he hablado del número de Dunbar. Robin Dunbar es un antropólogo que propuso en su artículo "La hipótesis del cerebro social" que el tamaño de los grupos sociales en homínidos está en relación directa con el tamaño de su cortex. Extrapolando al tamaño del cerebro humano, estimó que para una persona moderna el grupo social que podría recordar sería de alrededor de 150.

Además de este número, también hablaba del tamaño de subgrupos sociales de mayor a menor confianza de 3, 12, 35, 150, 500 y 2.000 personas. Dunbar lo explica con la teoría de la mente y la intensionalidad (de la que hablamos también en un artículo anterior), esto es, la capacidad de "leer mentes". Cuanto mejor puedas conocer a alguien pertenecerá a un grupo más reducido, ya que estás más seguro de como actuará en caso de que necesites ayuda, confiarle un secreto o si merece la pena arriesgarte por él.


Leyendo artículos, encontré que el propio Dunbar, para probar este número hizo un experimento pidiendo a gente que contase a las personas a las que mandaba felicitaciones de Navidad. Entonces se me ocurrió poner a prueba yo también este número (y ya de paso el resto de números que predice esta hipótesis) en diferentes escenarios.

Lo primero que se me ocurrió es hacer una recopilación de los amigos que tiene la gente en Facebook. Es una red social, así que debería guiarse por los mismos principios que las redes sociales físicas. Recopilé información de 200 perfiles públicos de Facebook. En total fueron 125 hombres y 75 mujeres de 15 países diferentes. Los datos que saqué son los siguientes:

Amigos en Facebook 

  • Tamaño de la muestra: 200
  • Media: 308
  • Mediana: 233,5
  • Desviación típica: 275,8
En principio esto no se parece mucho a lo que debería salir. En primer lugar, la desviación típica es demasiado grande como para pensar en un resultado claro. Pero si vemos la gráfica de los datos podemos ver un par de cosas interesantes.


Vemos dos picos, uno alrededor de 150 y otro alrededor de 450. Los datos que se agrupan alrededor de 150 ± 50 es el 38% de la muestra total y entre el 450 ± 50 es el 18%. 

Este fue mi primer intento, pero enseguida llegaron las críticas (siempre bienvenidas, por otra parte):
  • Hay gente de mi grupo social que no está en Facebook, ya sea porque no tienen cuenta (de primeras se me ocurre mi abuela, algunas tías, primos pequeños, etc.) o gente que no he agregado (pueden ser familiares, compañeros de trabajo, jefes...). 
  • Otra situación puede ser que hayas agregado a alguien que no está en tu grupo social, como pueden ser alguna empresa que en lugar de tener página tiene perfil, amigos de amigos, gente que conociste una vez durante un viaje y la añades pero que no la vuelves a ver...
Esto hace que se distorsione la muestra. Un amigo me sugirió hacer una encuesta y preguntarle realmente a la gente, por ejemplo "¿Cuánta gente puede ver tus fotos privadas?" o "¿Con cuánta gente hablas al día?". Eso me daría una muestra de diferentes tamaños de grupos basados en la confianza que tiene la persona que responde a la encuesta con ellos. Así que me lancé a hacer una encuesta online (¡gracias Google Docs!) y le pedí a mis contactos de Facebook que la rellenaran y que le diesen difusión. La respuesta fue muy buena. Aunque quería llegar a una muestra de al menos 100 personas, 57 rellenaron la encuesta, de los cuales la mayoría de los datos fueron válidos. Por ser un estudio casero, lo consideraré una muestra representativa para poder empezar. 

Aquí están los resultados de las diferentes preguntas de la encuesta. Vamos a empezar de menor a mayor confianza.

¿Con cuántos de tus amigos compartirías tu peor secreto?

Esta pregunta está formulada para comprobar el tamaño del grupo más pequeño, el que en la hipótesis de Dunbar es 3. Los datos registrados son los siguientes: 
  • Tamaño de la muestra: 57
  • Media: 2.02
  • Mediana: 2.00
  • Desviación típica: 2.03
En la gráfica podemos ver un pico en 2 y en el segmento de 1±1 están el 70,17% de los datos. Vemos como en este caso coincide bastante bien con el tamaño de 3 (2 amigos más el confesor) que predice Dunbar.


La última vez que quedaste a tomar un cafe o unas cervezas con amigos ¿cúantos erais?

Esta pregunta está pensada para comprobar el mismo grupo, pero esta vez en lugar de intentarlo mediante el nivel de confianza, por la frecuencia de los encuentros. Cuanto más tiempo pasemos con alguien estará en un grupo más interno, y  parto de la suposición de que cuando sales a tomar un café/cervezas  lo haces de manera social con grupos fijos de gente casi invariables (esto es discutible, pero servirá de momento para hacer esta prueba). Los datos: 
  • Tamaño de la muestra: 57
  • Media: 5.02
  • Mediana: 4
  • Desviación típica: 2,59
La gráfica presenta un máximo en 4 y en el segmento de 4±1 están el 59,65% de los datos de muestra. De nuevo este dato coincidiría bastante bien con la predicción de 3 del Dunbar para el "grupo de apoyo". 


¿Con cuánta gente has tenido una conversación en las últimas 24 horas? 

Esta pregunta iba dirigida a probar el segundo grupo, el de 12 individuos. Los datos que recogí son los siguientes: 
  • Tamaño de la muestra: 57
  • Media: 8,81
  • Mediana: 6
  • Desviación típica: 12,13
Esta es la primera gráfica interesante que nos encontramos. En primer lugar no coincide con la hipótesis que había hecho al formular la pregunta, que era que estadísticamente en un día hablas con un número de personas similar al grupo de 12. 

Sin embargo, tanto la media como la mediana salen más bajas. Además, la desviación típica se dispara por datos atípicos y diferentes estilos de vida. Sin embargo, podemos ver que hay un máximo en 8 y que en el segmento de 5±3 están el 66,66% de los datos recogidos, lo que nos daría una idea aproximada del número de personas con las que tenemos una conversación cada día. 


¿Cúanta gente ha publicado en tu muro de Facebook/Tuenti en la última semana?

Esta pregunta como la anterior estaba destinada a probar el grupo de 12 individuos cercanos. Sin embargo los datos son los siguientes: 
  • Tamaño de la muestra: 55
  • Media: 10,22
  • Mediana: 4,00
  • Desviación típica: 25,12
Segunda sorpresa. Aunque la media sí que se parece al 12 que esperaba encontrar, la mediana de 4 se parece más al grupo de apoyo. La desviación típica aumenta aún más, debido a datos fuera de la tendencia general, aun así, podemos ver que en el segmento de 3±2 estarían el 49,09% de los datos. 


¿Cúantos erais en la última fiesta de cumpleaños/despedida de soltero que has estado?

Esta era la tercera forma de probar el grupo de 12 individuos, ya que es una reunión social en la que juntan los amigos próximos del novio/novia/cumpleañero para celebrar un cambio vital, por lo que no suelen faltar los que deben estar y no se invita a los que no se tiene relación. Los datos recogidos son los siguientes:
  • Tamaño de la muestra: 56
  • Media: 15,77
  • Mediana: 13,00
  • Desviación típica: 9,90
Parece que en esta ocasión no se nos ha escapado, ya que tanto la media como la mediana se parecen bastante al 12 que debería salir. Sin embargo, la desviación típica es alta y si vemos la gráfica aparecen otros picos en 20 y 30, aunque la mayor agrupación de datos se de en 10±3 con el 37,5%, no es una agrupación tan clara como veíamos en los anteriores casos. 

Así pues, aunque estadísticamente coincidiría, vemos que hay más excepciones que con las preguntas anteriores, al menos para este tipo de eventos.


¿Cúantos erais en la última boda en la que has estado?

Este es un evento típico que nombra Dunbar a la hora de hablar del grupo de 150 individuos. El clan. Así que lo he puesto tal cual. A ver los números qué dicen...
  • Tamaño de la muestra: 55
  • Media: 165,51
  • Mediana: 150,00
  • Desviación típica: 104,78
Aquí, si miramos la media y la mediana, parece que hemos hecho bingo (el número de Dunbar es 147). Sin embargo, la desviación típica es muy grande y vemos como hay picos cerca del 200, alguno por el 400 y algunos menores de 100. Aún así, en el segmento de 140±30 tenemos el 47,27% de los datos. Lo cual, no deja de ser significativo. 


¿Cuánta gente puede ver tus fotos privadas de facebook?

Esta es la otra pregunta que hice para comprobar si sl número de Dunbar se cumplía, esta vez en Facebook. Lo que intenté con esto es eliminar a los "contactos por compromiso" que tenemos, pero que no tenemos la confianza suficiente con ellos como para que vean nuestras fotos "borrachos de fiesta y subidos en la barra de un bar con la corbata en la cabeza". Los datos son los siguientes: 
  • Tamaño de la muestra: 50
  • Media: 159,26
  • Mediana: 103,50
  • Desviación típica: 168,25
Aunque la media sí que pueda coincidir, dada la desviación típica (superior a la media, incluso) y la dispersión de la gráfica no creo que pueda considerarse un dato válido. Esto puede deberse a diferentes actitudes de la gente sobre su privacidad (hay gente que la tiene muy restringida y gente que la tiene completamente pública). 

Hubo una última pregunta: "¿A cuántos de tus contactos reenviarías este formulario?". Sin embargo, esta la puse para aumentar el número de formularios que se reenviaban (hablaré de este tema en otro artículo sobre el lenguaje). 

Conclusiones
  • Los tamaños de grupos propuestos por Dunbar en su "Hipótesis del Cerebro Social" han sido probados y las coincidencias han sido más que notables, sobre todo para los grupos más pequeños.
  • Los números no son exactos, y como cabría esperar hay una gran variación. Aunque Dunbar nos aporta unos números de media, son estadísticos y varían con las personas y las situaciones de cada uno en cada momento, sobre todo en los grupos más grandes
  • El experimento no estaba bien diseñado, ya que asumí que las personas con las que hablabas todos los días o escribían en una semana en tu muro de Facebook pertenecían al grupo cercano de 12 individuos. Como se ha visto en los datos, parece que se aproximan más al grupo de apoyo de 3 que al de 12. 
  • Las redes sociales parecen seguir también las mismas relaciones que Dunbar define para los grupos sociales físicos. Sin embargo, así como en las relaciones sociales las reglas están claras y todo el mundo las conoce, en las nuevas tecnologías no es así y aún hay gente que no tiene percepción de cuidar su privacidad, no está en las redes sociales, o tiene al mismo nivel a personas con diferente confianza, lo que distorsionaría estos números. 
Para más información
Dejo abiertos los comentarios y espero vuestras críticas y opiniones al experimento y los datos obtenidos.

ACTUALIZACION (Octubre 2011): Acaba de publicarse un estudio que muestra una correlación entre la densidad de ciertas estructuras neuronales (temporal gyrus medio izquierdo, temporal sulcus derecho superior y el entorhinal cortex) y el número de amigos en Facebook (y en otros grupos sociales en la vida real). 

viernes, 2 de septiembre de 2011

Descubre el ciborg que llevas dentro

Hoy vamos a hablar de los ciborgs o "organismos cibernéticos", y en especial de humanos aumentados. Qué es un humano aumentado es... bueno. Mejor una imagen que mil palabras:



Pero empecemos por el principio. Si vemos al ser humano en comparación con el resto de especies animales, la verdad es que no somos gran cosa. Un inofensivo perro doméstico con la mitad de nuestro peso sería capaz de matarnos sin mucho problema gracias a su garras y sus fuertes y afilados colmillos. Tampoco tenemos una velocidad espectacular, nuestra resistencia al frío es bastante ridícula y nuestra mandíbula y nuestras endebles uñas no son capaces ni siquiera de rasgar la piel de una pieza de caza en el caso de que nos encontremos una muerta por casualidad. Sin embargo, tenemos una ventaja con respecto a la mayoría de especies animales: los aumentos.

Albert Einstein es uno de los más famosos humanos aumentados que existen. Él mismo cuenta que tenía un módulo de extensión de memoria que le permitía almacenar grandes cantidades de información, ampliando así su memoria a medio y largo plazo. Era capaz de recordar cientos de números de teléfono, fórmulas matemáticas, cosas que le venían a la cabeza... Todo lo que pasase de manera consciente por ese cerebro privilegiado que tenía era susceptible de ser almacenado en ese módulo de extensión de memoria. Este es uno de esos módulos:


"No almacenes en la memoria lo que puedas almacenar en el bolsillo". Albert Einsten.

Supongo que pensaréis que he hecho trampa. Einstein no tenía ningún bio-aumento como los del primer vídeo que os he puesto, pero su cerebro trató esta pequeña libreta como si lo fuese. ¿Por qué? Hay dos conceptos interesantes que cabe destacar en este momento para entender hasta qué punto una herramienta es realmente un aumento.

El primero de ellos son los facilitadores (en ingles affordance). ¿Qué demonios es eso? Es cualquier propiedad de un objeto que permita a un individuo realizar una acción. Lo interesante de esto es que el facilitador se percibe como propio por la persona, de forma que si tengo una libreta como Einstein, realmente mi cerebro percibe que tengo la capacidad de almacenar esa información allí y utilizarla como un sustituto de la memoria a largo plazo, así que apuntaré los 5 números de teléfono de las personas que acabo de conocer en el congreso en la libreta y no usaré la mi cerebro, ahorrando en el mismo espacio y energía.

¿Quieres experimentar un ejemplo práctico de esto? Vamos a hacer un juego. Imagina que tienes que encender un fuego, pero no puedes salir de la habitación en la que estás. Tu vida depende de ello. Una simple llama sirve, pero tienes que conseguir encenderla. Mira a tu alrededor. ¿Cuántas formas de hacer fuego puedes llegar a imaginar con las cosas que te rodean (puedes utilizar también personas)? Cuando termines de pensar y hayas descubierto al menos una forma de hacerlo, enhorabuena:

Has conseguido un aumento: CREAR FUEGO.
Así es como se siente tu cerebro ahora:
Imagen: Twen5

Igual te parece una tontería, pero tu cerebro lo identifica como una cualidad propia. En caso de necesidad la tendrá en la lista de habilidades posibles igual que saltar, salir corriendo, pedir ayuda, llamar a la policía, etc. Esta habilidad de hacer fuego, por muy simple que te parezca coger un mechero y encenderlo, es algo que ningún animal ha conseguido aún de manera directa biológicamente (salvo si crees en los dragones).

No tenemos colmillos, pero podemos utilizar cuchillos, armas y proyectiles para cazar y defendernos. No tenemos una piel resistente, pero tenemos abrigos, neoprenos, aire acondicionado y cremas solares que nos protegen. Tampoco tenemos una velocidad motora extraordinaria, pero todos los días miles de personas cruzan el atlántico en menos de 10 horas. Tampoco tenemos jorobas como los camellos, pero podemos almacenar el agua en botellas, abrir el grifo o potabilizar el agua de un río.

En la vida cotidiana estamos tan acostumbrados a esto que no nos damos cuenta. Pensad en todas esas habilidades que conseguís gracias a las herramientas y descubriréis que todos somos humanos aumentados. "Pero hay una diferencia entre herramienta y cuerpo" podréis decirme. Aquí es donde entra en juego el segundo concepto.

La plasticidad del esquema corporal. En nuestros cerebros hay una representación interna de nuestro cuerpo en el que están mapeados los brazos, las manos, la lengua, los ojos, los pies... en fin. Todo nuestro cuerpo. Lo interesante de esto es que esta representación no es fija, sino que es muy flexible. ¿Cómo de flexible? Digamos que es capaz de añadir nuevos miembros, quitarlos, cambiar la longitud de los mismos... Prácticamente lo que queramos. Un ejemplo:



Ahora vamos a juntar estos dos conceptos y vamos a presentar un artículo en el que habla de como el uso de herramientas modifica el esquema corporal. A un grupo de sujetos se les hizo utilizar una herramienta extensible para coger objetos. Después de un rato, les taparon los ojos y les tocaron una parte de su cuerpo, de forma que tenían que llevar la mano que había estado utilizando la herramienta a ese mismo punto. Lo interesante es que todos ellos utilizaron su brazo como si este midiese más de lo que realmente medía, debido a un cambio en el esquema mental de su propio brazo durante el uso de la herramienta extensible. Su cerebro realmente interpretaba que la herramienta era una extensión biológica de su brazo.

Ahora haced otro ejercicio mental y pensad en la cantidad de herramientas que utilizáis como si realmente fuesen extensiones de vuestro propio cuerpo. ¿En algún momento mientras leíais este artículo habéis pensado cómo teníais que mover la mano o qué botón pulsar para bajar la página o reproducir alguno de los vídeos? ¿Pensáis qué pedal tenéis que pisar cuando conducís? ¿pensáis como coger el bolígrafo cuando escribís?

Todos vosotros sois humanos aumentados.

Ahora sí, para los que sepáis inglés (no he encontrado el vídeo en español ni con subtítulos) y hayáis llegado a este artículo esperando ver ciborgs, os dejo un vídeo con humanos bio-aumentados reales y que ha motivado este artículo. Especialmente interesante las sensaciones de las que habla el hombre con el brazo biónico, al decir que realmente no piensa en que tiene que tensar este u otro musculo para abrir la mano. Simplemente "lo hace".