sábado, 24 de diciembre de 2011

Analizando el mito de los chinos roba-organos

Siempre me han fascinado las leyendas urbanas. Esas historias que van pasando de boca en boca durante meses, que todo el mundo conoce y cuenta y que dan por reales. Todos hemos creído alguna, nos han contado alguna o nos hemos visto reflejados en partes de una u otra. Por eso cuando esta semana me llegó una evolución de una que ya conocía, me puse las gafas de antropólogo y me puse a analizar, como ejercicio práctico, el mito que me había llegado. La historia es la siguiente:

Estaba comiendo con unos compañeros y uno me dice algo así como:

¿A que no sabes lo que me contaron ayer? Unos amigos de mis padres tienen unos conocidos cuya hija está estudiando en Madrid, aunque ella es de Huesca, creo... Bueno, el caso es que estaban de fiesta y ella en un chino a comprar una cosa, y al rato no salía, no salía y los amigos entraron a buscarla. Los chinos decían que ella no estaba allí, pero no había salido, así que llamaron a la policía. Cuando entró la policía, ella estaba en el sótano metida en una caja con el pelo rapado. 

Mi primera reacción fue una sonrisa de oreja a oreja, ya que estaba viendo en primera persona como la leyenda urbana que había escuchado hace ya unos años volvía a mi de nuevo con ciertas mutaciones interesantes. Intenté explicarle a mi compañero que no era cierta esa historia, pero él me confirmaba y reconfirmaba que era una historia real, y que la víctima estaba a menos de 4 conexiones sociales de él (la hija de unos amigos, de unos amigos de sus padres). Entonces lancé una pregunta al aire.

¿Alguien más ha oído esa historia?

Las respuestas no tardaron en aparecer, pero esta vez en sus diferentes variantes. En unas, la víctima era un niño, en otras era la una mujer y quien avisaba a la policía era su marido, en otra la víctima estaba en una camilla, en otras amordazada, en ocasiones el local estaba en el barrio de Las Delicias de Zaragoza, otras en Madrid, en otras en un polígono industrial... Sin embargo, podemos ver ciertos genes en este meme que no cambian y que lo definen:

  • La víctima es una mujer en la mayoría de los casos
  • La víctima entra sola a un comercio regentado por chinos
  • Los amigos/marido llaman a la policía ante la ausencia de la víctima
  • La policía llega y rescata a la víctima ilesa (en ninguna versión he encontrado un resultado de muerte de la víctima)
  • El móvil del rapto es el tráfico de órganos
Este es el código genético de nuestro meme, lo que lo distingue de otras leyendas urbanas como la muerta de la curva, la anciana que mete el gato en el microondas/lavadora o muchas otras que habitan en nuestra cultura popular. Ahora vamos a meternos un poco más en profundidad en por qué este meme ha conseguido durar tantos años y sigue aún vivo y con fuerza.

En primer lugar tenemos que entender la propia naturaleza de las leyendas urbanas. Para hacernos una idea, son las "Caperucitas Rojas" de la era moderna. Hoy en día vemos a Caperucita Roja como un cuento de niños, pero en una época en la que la sociedad es rural, en contacto con la naturaleza y posibles predadores/asesinos de humanos (osos, lobos, etc.) inculcar a los niños el terror en los lobos puede salvar vidas, ya que evitas que salgan solos por el bosque. 

Las leyendas urbanas suelen tener un componente "educativo" para las sociedades en las que viven. La muerta de la curva nos avisa que tengamos cuidado cuando conducimos de noche, la abuela del gato que no sequemos a nuestra mascota con electrodomésticos y la del hombre que se despierta en la bañera de un hotel sin un riñón que tengamos cuidado con posibles drogas que nos puedan echar en la bebida. 

Sin embargo, esta leyenda urbana de los chinos roba-órganos tiene algo especial. Lo que la mantiene viva no es su posible utilidad didáctica, como podría haber sido la historia de Caperucita para evitar que los niños salgan solos al bosque, sino que utiliza un instinto oculto y hasta cierto punto oscuro de los seres humanos que la psicología evolucionista y la antropología pueden ayudarnos a desvelar

Como ya conté en el anterior artículo, la vida en el pleistoceno del África tropical, donde tuvieron lugar todos los cambios que nos han hecho humanos no fue fácil. Tenemos que tener en cuenta que el ser humano arcaico (Homo Rhodesiensis, Homo Antecessor), sus abuelos (Homo Erectus) y sus descendientes (Homo Sapiens Sapiens) y algunos primos (Homo Neanderthalensis, Homo Heidelbergensis, hombre de Denisova) vivían  a la vez y muchas veces, compartiendo vecindario. Eso hizo que la convivencia no fuese fácil. Entre los genes que vemos esta leyenda urbana hay dos que me han llamado especialmente la atención, la víctima y el motivo del rapto. Empecemos por este último. 

El robo de órganos es la versión moderna del canibalismo ritual. En culturas en las que aún existe el canibalismo, persiste de una manera ritual y como una manera de adquirir la fuerza o los atributos de la persona a la que te estás comiendo. En el caso del robo de órganos, este efecto no puede ser más literal. Esta costumbre del canibalismo no es nueva, sino que parece haber sido una constante a lo largo de la evolución humana, tanto entre los humanos de la misma especie, como entre diferentes especies de hombres (Homo). Incluso hoy en día en ciertas zonas es "normal" comer otros primates

Así pues, podemos ver como ese miedo a ser comido, ha sido una constante en la evolución humana y ha llegado a nuestros días adaptándose a las nuevas sociedades que han ido apareciendo en la historia. Desde los vampiros de la Europa del Este popularizados gracias a nuestras versiones occidentalizadas de Drácula, el Hombre del Saco (aunque este fue tristemente real). 

El segundo punto que me interesa de este mito es el perfil de la víctima. Nunca es un hombre, siempre una mujer y en alguna ocasión un niño. ¿Por qué? Si pensáis que es porque la mujer es más débil e indefensa, estáis de nuevo descontextualizando la evolución humana. En el pleistoceno, las mujeres humanas no eran las aspirantes a París Hilton con tacones que se pueden ver un sábado cualquiera de en un bar de copas. Como dice Geoffrey Miller en su libro "The Mating Mind": 

Cuando uno se imagina a las mujeres ancestrales frente a los depredadores, no hay que imaginarse a Marilyn Monroe gimoteando y acobardándose. Tenemos que visualizar a Steffi Graf blandiendo una antorcha en lugar de una raqueta. 
Entonces, ¿Por qué mujeres? 

Pensemos en términos evolutivos. Para una comunidad su activo más valioso no son los recursos materiales, ni su cultura, ni su selección nacional de fútbol, ni sus bailes regionales. Son sus mujeres fértiles. Si no veis claramente lo que implica esta afirmación, os recomiendo la película "Hijos de los hombres", en la que exploran una sociedad en la que la humanidad es incapaz de tener hijos.



¿Por qué las mujeres fértiles son el activo más valioso? Porque, así como un hombre puede fecundar en un día varias mujeres, una mujer sólo puede ser fecundada por un hombre, es infértil durante los 9 meses que esté embarazada, dará a luz sólo un hijo (como mucho de manera excepcional a dos) y tiene posibilidad de morir en el parto junto a su bebé. Esto hace que sea un recurso muy valioso, ya que necesitas un número considerable para poder perpetuar tu comunidad.

¿Pero si nacen la mitad niños y la mitad niñas, no veo cual es el problema?

El problema es que debido a la selección sexual y la trayectoria de escape de Fisher (la misma que hace posible la divergencia rápida de entre especies), las comunidades tienden a primar ciertos rasgos culturales y de fenotipos que pueden hacer que el grupo caiga en la endogamia si es demasiado reducido. Esto tiene el problema de que, si no se renuevan de vez en cuando la variedad genética del grupo, pueda ser sensible a fallos genéticos que se van heredando y transmitiendo entre la comunidad y a debilidades inmunológicas a nuevas enfermedades y parásitos, ya que el grupo se sobre-especializaría.

La única opción es buscar fuera. Para ello hay dos formas. O traemos material genético masculino o femenino. El masculino lo podemos importar de otros grupos, cuyos individuos estarán encantados de participar en una orgía consentida con todas las mujeres de la aldea. Sin embargo, debido a la presión de la selección sexual en los machos, esto no parece ser muy probable. Más bien al contrario. Cuando un macho extranjero aparece para cortejar a las hembras del grupo, los machos locales no reaccionarán nada bien.

Sin embargo, la importación de hembras al grupo parece ser bastante mejor recibido por los machos del grupo. De hecho, hay ciertas culturas en las que es obligación raptar a tu futura mujer de una aldea cercana si te quieres casar.

¿Y qué pasa cuando dos comunidades se encuentran?

Pues que las cosas pueden ir bien o mal. Si van bien, ya sea porque somos los dos pacíficos (cosa que no solía pasar) o porque pertenecemos a la misma cultura, grupo social, etc. Nuestros jóvenes disfrutarán de fugaces y fértiles escarceos amorosos. Es la versión ancestral de las fiestas Erasmus.

Si las cosas no van bien tenemos varias posibilidades. Desde que un grupo de machos jóvenes arrase la aldea y viole a nuestras mujeres, pudiendo dejar a algunas de ellas embarazadas, que raptemos a algunas de sus mujeres o que nos llevemos unos cuantos niños o niñas como esclavos. Los niños con el tiempo pueden incluso pasar a formar parte de la sociedad que los asimila, y las niñas serán utilizadas como esclavas sexuales, produciendo más niños que regeneren la variedad genética del grupo.

Esta visión casi psicópata de la vida del pleistoceno no creáis que está muy lejos de la realidad. Sólo hay que ver las historias que cuentan los niños y niñas soldado supervivientes de los países africanos en guerras, a las mujeres latinoamericanas que tratan de pasar la frontera o los ya mencionados rituales nupciales de Kazakstán.

Así pues, el rapto de mujeres y niños es algo que está impreso también dentro de nuestro subconsciente más profundo, sobre todo si quien lo perpetra es de otra raza, como ya vimos en el artículo anterior.

Esto le daría un segundo punto fuerte a nuestra historia de los chinos roba-órganos que le permitiría sobrevivir varios años pasando de boca en boca, cambiando algunos detalles, pero sin alterar esos que la hacen poderosamente atractiva para nuestro Homo Sapiens interior.

Y vosotros... ¿Habéis escuchado también esta historia? ¿Conocéis alguna variación? ¿Alguna otra leyenda urbana similar? ¡Os espero en los comentarios!

martes, 13 de diciembre de 2011

Yo no soy racista, pero... tu cerebro sí lo es



Yo no soy racista, pero... 

Esta es una de las frases que más podemos encontrar justo delante de otra perfectamente racista. Además de utilizar la falacia que yo denomino "no te enfades, pero..."  ("no te enfades, pero me he tirado a tu mujer"; "no te enfades, pero te voy a dar una patada en la entrepierna"; "no soy racista, pero los negros nos quitan el trabajo", "no soy homófobo, pero es que los gays..." etc.) en la que se trata de invalidar la verdadera implicación de una frase posterior con otra anterior con la que se intenta condicionar la manera en la que va a ser recibida esta segunda, estas personas dan amplio repertorio de amigos, conocidos o familiares de esa misma condición (negros, moros, gays, gitanos, etc.) como prueba de que no son racistas.

Me da igual que pienses que no eres racista o que tengas los amigos o conocidos que quieras. Eres racista. Es duro, es incluso triste tener que reconocerlo, pero no te preocupes. Todos somos racistas (ya ha hablado "el abuelo" en alguna ocasión de ello) por motivos antropológicos y en ocasiones también sociales, y como veremos, reconocerlo y ser conscientes de que lo somos es el primer paso para dejar de serlo.

Para combatir el racismo primero hay que conocerlo, así que allí vamos. En este artículo intentaré dar algunas pistas de las posibles causas de las reacciones racistas que existen en el ser humano y por qué existen, para poder ver al final, cómo poder utilizar esto para combatir el racista que tenemos dentro.

Antes de todo, para entender cómo hemos llegado aquí, es muy importante saber dónde se desarrollaron los cambios que nos hicieron humanos. Dónde lo abuelos del Homo Sapiens llegaron a ser lo que es hoy en día el humano moderno. Para ello quiero que veáis esta imagen de familia de la evolución humana:

¿Qué es incorrecto en esta imagen? 

Pues que todos ellos eran negros y en la imagen son blancos. La evolución del ser humano tuvo lugar en África, dirigida por la selección sexual de mujeres africanas negras entre los hombres disponibles en cada momento y lugar de los 2 millones de años de evolución que nos han hecho humanos, y así lo demuestran los estudios de ADN que se han realizado a lo largo del planeta y que han hecho posible trazar un mapa de las migraciones humanas a través de su (pre)historia.

¿Por qué es importante que la evolución humana se desarrollase en África?

Los que hayáis viajado alguna vez a países tropicales y subtropicales, sabréis que antes de viajar hay que vacunarse de un montón de enfermedades y parásitos que viven en esas latitudes. Si os ponéis en las botas de un Homo Habilis hace 2 millones de años en el África tropical, la vida debió ser realmente dura, especialmente en el tema sanitario. Si te ponías malo, comías algo en mal estado, "pillabas un bicho" o se te infectaba una herida, corrías el riesgo muy probable de morirte.

Por ello, uno de los mecanismos que desarrolló el ser humano a lo largo de la evolución es lo que se denomina el "sistema inmune comportacional" o "behavioral inmune system" en inglés (os dejo aquí un artículo de Scientific American donde hablan de él).

¿Qué es el sistema inmune comportacional? 

Antes de explicarlo, vamos un paso hacia atrás. Una de las emociones básicas es la del asco. Esta emoción lo que nos permite es evitar las comidas que podrían ser contaminantes o nocivas, como por ejemplo comida en mal estado, excrementos, agua contaminada o putrefacta, etc.

Sin embargo, el ser humano no se quedó allí, sino que el desarrollo de emociones sociales basadas en las emociones básicas hicieron posible la emoción social del asco, que se dispara cuando vemos a otras personas realizar acciones que consideramos contaminantes, inmorales, impuras, repulsivas o que conllevan un uso no apropiado del propio cuerpo.

¿Queréis experimentar esta sensación de asco? 

Imaginaos que estáis andando por la calle y veis delante de vosotros un señor que se para delante de vosotros, se agacha y coge del suelo con sus manos un condón usado.

Esa cara que estáis poniendo ahora mismo es de asco, es universal a todos los seres humanos y es la responsable de algunas formas de racismo.

Uno de los problemas de vivir hace 2 millones de años en el África tropical era que tenías que desarrollar una serie de comportamientos que, no sólo evitasen ser pasto de los parásitos, sino también pudiesen prevenirlos. Los grupos sociales desarrollaron sus propias costumbres y hábitos higiénicos y cuando se encontraban con otros grupos con hábitos diferentes, les parecía (y como consecuencia nos parecen hoy en día) que son "sucios". Esta emoción social de asco puede estar detrás de ciertas formas de racismo, en las que se siente asco por otro grupo social, étnico o cultural.

Además, parece ser que el lenguaje y la religión se utilizaron como barrera de entrada para evitar la mezcla de los diferentes grupos sociales y los consiguientes contagios de enfermedades para los que no estaban inmunizados. Parece ser que existe una relación directa entre la densidad de idiomas y religión  y la latitud geográfica (no olvidemos que las religiones se basan en reglas de como usar y no usar el propio cuerpo, de "pureza" y de "impuros"), lo que se corresponde con las zonas tropicales y subtropicales con alto índice de parásitos y contagio de enfermedades infecciosas. De esto pueden dar lecciones de historia los descendientes de los antiguos indígenas americanos, cuyas poblaciones fueron diezmadas por las enfermedades que trajeron los europeos al nuevo continente.

Lo interesante de este sistema inmune comportacional es que, al estar basado en emociones básicas, está sujeto también a los cambios internos del cuerpo. Otro estudio ha encontrado por ejemplo, que las mujeres embarazadas, al tener el sistema inmune comprometido, muestran unos índices mayores de etnocentrismo y xenofobia.

Este es uno de los grandes aspectos que encontramos en los orígenes del hombre que podrían explicar el racismo de nuestros días, pero no es el único. Como ya es común (y aún no lo había escrito en este artículo), vivimos en la era espacial con cerebros de la edad de piedra, y esto hace que comportamientos que hace 2 millones de años eran útiles, ahora nos den más de un quebradero de cabeza.

La otra emoción que nos ayudará a entender el racismo es el miedo.

¿Por qué el miedo? 

De nuevo tenemos que ponernos en la piel (negra, no lo olvidemos) de un Homo Erectus en África hace 1 millón de años (he cambiado el abuelo y la fecha para no aburrirnos, pero no he cambiado la ubicación, ya que aquellos que salieron de África no contribuyeron a la evolución del hombre moderno).

Imagínate que eres el componente de un grupo de 7 individuos. Eres una mujer joven, de unos 13 años. Estas recogiendo algunas frutas alrededor del campamento que habéis formado donde esperan otra mujer más mayor con su hija embarazada, su compañero y 3 niños. De repente, entre las ramas, ves una cara desconocida. ¿Qué haces?

Lo mejor que te puede pasar en ese momento es que te violen y te dejen marchar sin más daño. El resto de posibilidades abarcan el rapto, el esclavismo (recordemos que hasta hace casi 150 años era algo legal y generalizado en todo el mundo), el ataque físico, y por supuesto la muerte. Recordemos que en el pleistoceno el ser humano no era el único primate que existía y la convivencia, por los restos que se han encontrado, solían incluir el canibalismo entre especies y dentro de la misma.

En este escenario, si veías una cara no familiar, lo mejor que podías hacer era correr, así que la emoción que se dispara automáticamente a través de la amígdala es la del miedo cuando se ven caras no familiares. Esta reacción es mucho más fuerte cuando se ven caras de otros grupos étnicos y más aún cuando estas caras miran directamente que cuando miran hacia otro lado.

La buena noticia es que a la vez que evolucionaba este mecanismo de defensa, también crecía el cortex prefrontal de nuestro cerebro, que es capaz de regular la acción de la amígdala y su reacción ante el miedo. Esto hace posible que una predisposición cognitiva pueda modular reacciones racistas. Es decir, darnos cuenta de que estamos siendo racistas, nos ayuda a dejar de serlo conscientemente (cortex prefrontal) y eso hace que inconscientemente (amígdala) también dejemos de serlo. 

Ya tenemos las dos pistas antropológicas que nos pueden ayudar a descifrar el racismo: el sistema inmune comportacional y el miedo a caras extrañas.

Pero nos queda otra que está oculta en el funcionamiento de nuestro propio cerebro: los prejuicios.

Nuestro hemisferio izquierdo del cerebro es una máquina de re-presentar el mundo. Y digo re-presentar porque este hemisferio no recibe nueva información, sino que esta le llega gracias al hemisferio derecho (presenta). Este hemisferio izquierdo "interpreta" el mundo en el más amplio sentido de la palabra. Es el responsable de que en el día a día utilicemos reglas fáciles y automáticas que nos ayudan a entender el mundo y no tener que pensar media hora cada vez que nos encontramos ante un problema simple.

Pongámonos en una situación simple en un ejemplo del psicólogo y nobel de economía Daniel Kahneman. Le decimos a nuestro hijo que vaya a por el pan viene con el pan y un chicle que se ha comprado. Todo le ha costado 1,10€ y nos dice que el pan ha costado 1€ más que el chicle.

¿Cuánto ha costado cada cosa?

¡Falso!

Seguramente has contestado: "El pan 1€ y el chicle 0,10€". Esa es la regla heurística que nuestro hemisferio izquierdo ha utilizado. Si hubiésemos utilizado el derecho y un poco de tiempo veríamos que el chicle cuesta 0,05€ y pan cuesta 1,05€.

Estas mismas heurísticas y reglas son las que rigen los prejuicios, en los que se asocia a un grupo unas características determinadas. Estos prejuicios se pueden medir con unos tests en los que se mide el tiempo de respuesta al responder preguntas con dos conceptos diferentes, como por ejemplo, caras de personas negras y "bueno" / caras de blancos y "malo" y viceversa. Cuanto mayor sea la diferencia de tiempo entre las respuestas en las diferentes asociaciones mayor existencia de prejuicios existe. Esto se llama test de asociación implícita.

¿Queréis probarlo? Aquí tenéis varios test en español donde podréis comprobar por vosotros mismos si sois racistas, machistas, si odiáis a los catalanes, vascos o madrileños o si no os gustan las personas con un color de piel más oscuro. Bastante clarificador para alguien que "no es racista, pero...".

Los prejuicios o asociaciones implicitas son terriblemente peligrosos por dos motivos. El primero de ellos es que, a diferencia de las emociones, alguien perteneciente al grupo social sobre el que se tienen prejuicios puede tener esos mismos prejuicios sobre sí mismo. Esto no pasaba con las emociones, que eran dependientes de tu raza y la del otro. Aquí, un latino puede tener prejuicios hacia los latinos y un negro puede tener los mismos prejuicios hacia los negros que un blanco.

El segundo motivo por el que los prejuicios son peligrosos es que creer en ellos hace que los hagamos realidad. Esto tienes sus raíces de nuevo en el cerebro, en las neuronas espejo y en la in-corporación (embodiment) del lenguaje, los mismos aspectos de los que se vale la programación neurolingüistica (PNL) y la sugestión para hacernos actuar inconscientemente como quieren que actuemos (de esto hablaré en otra ocasión largo y tendido). Así pues, si somos latinos y tenemos el prejuicio de que los latinos andan de una determinada manera, andaremos inconscientemente así (si cambiáis "latinos" por "ancianos" encontraréis este famoso experimento).

Como hemos visto, hemos podido identificar 3 fuentes diferentes de origen del racismo. 


Ninguna de ellas es compatible con el estilo de vida y la sociedad actual. 

Con respecto al asco social, debemos aprender que otras culturas tienen diferentes costumbres (y seguramente religiones que las regulen) y son igual de válidas que las nuestras.

Por otro lado, hemos visto también que darnos cuenta de que tenemos estas reacciones puede regular la acción de la amígdala haciendo que en futuras interacciones su respuesta sea menor o más modulada y reaccionemos sin condicionamientos por estar delante de alguien de otra raza.

Y por último hemos visto que los prejuicios y estereotipos juegan un papel clave a la hora de juzgar grupos sociales y personas en particular. Mi consejo con este último punto es personalizar y descategorizar a las personas. Al fin y al cabo somos todos seres humanos y hemos recorrido este largo camino juntos. Los prejuicios lo único que consiguen es atarnos a una forma de pensar que no corresponde con la realidad, sino con un espejismo creado por nuestro hemisferio izquierdo para poder entenderlo.

El racismo como vemos, es algo innato al ser humano, pero también el ser humano es el primate más social que existe. Nuestra capacidad para hablar, entender y gestionar las relaciones sociales nos ha hecho únicos. También nuestra capacidad para entender de donde vienen nuestras limitaciones y poder superarlas es única. Ningún otro animal tiene la plasticidad cognitiva que tiene el ser humano.

Por todo ello, la próxima vez que esteis a punto de decir eso de "yo no soy racista, pero..." pensadlo bien y analizad cual de estos tres puntos que hemos visto está siendo el responsable de vuestra reacción, aunque puede que sean varios de ellos a la vez (pensad que uno no excluye al otro e incluso puede potenciarlo).

domingo, 4 de diciembre de 2011

Que esté buena no significa que sea tonta

Antes de la ciencia, un poco de música:

Elif Çağlar - Just Because por xxbahadir

Las letras en español dicen algo así:


Sí era joven
Y encantadora, alta y morena
Y sí, ella me robó a mi novio
No estoy feliz No voy a fingir

Puede que ella sea tonta
Pero yo fui incluso más tonta
Cómo no pude ver
Que mi novio era
Sólo un hombre al final

Todo lo que sale de su boca
Comienza con las palabras "Yo estaba como"
"Quiero decir que yo estaba como 'Oh, Dios mío!'"

¡Oh, cómo pudo mi hombre con un doctorado
Dejarme por una chica que es todo apariencia!
Ella mira y mira
Sin embargo, ella no puede ver nada

Todo lo que sale de su boca
Comienza con las palabras "Yo estaba como"
"Quiero decir que yo estaba como 'Oh, Dios mío!'"
Que alguien la calle ya
Que alguien la calle ya
Alguien, por favor...

Ella dice que "sólo porque este buena,
No significa que no pueda
Cantar, pensar, hablar, discutir
Cualquier cosa que tu puedas hacer
yo lo puedo hacer mejor que tú
Y tu lo sabes! "

He perdido mi autoestima
He perdido mi autoestima
Todo en lo que Yo creía
Ahora me dejó, me dejó de alguna manera
Ella lo cogió todo de mí,
Ahora sé que debo ser
Más Fuerte y más sabia
Ve, y consulta a un peluquero

Subestimé el poder que tenía
Fue una gran lección para mí
Pero es suficiente
Que alguien la calle ya
Que alguien la calle ya
¡Alguien, por favor!

Pregúntate a ti misma si un día ella se cruza en tu camino
¿Vas a estar lista?
Así que anímate y compra esos zapatos
Ahora...
Como veis, la historia va de una chica cuyo chico se va con otra que "parece" más tonta pero al final le dice a la cantante (con un doctorado también como su novio, por cierto):

"sólo porque este buena,
No significa que no pueda
Cantar, pensar, hablar, discutir
Cualquier cosa que tu puedas hacer
yo lo puedo hacer mejor que tú
Y tu lo sabes! "
¿Cuál es la relación entre "estar buena" o "ser sexy" y "cantar, pensar, hablar, discutir"...? 
p
(A partir de aquí es donde empieza la ciencia).

Según un artículo de que está siendo comentado en diferentes blogs últimamente (aquí tengo que reconocer que se me han adelantado, ya que tenía pendiente este articulo desde hace un tiempo pero estuve volcado en la serie "El cavernícola que votará por ti en el próximo 20N"...), antes se pensaba que la visión "sexualizada" de personas tiende a ver estas personas más como objetos que como personas. Sin embargo este artículo va un poco más allá y define dos aspectos de la teoría de la mente diferentes: agencia y experiencia.

Se llama "teoría de la mente" a la capacidad que tenemos los seres humanos de atribuir habilidades mente a otros seres vivos (normalmente otros humanos). La agencia es la habilidad de auto-control, planificación, racionalidad... todo aquello que tiene que ver con una mente analítica y racional. Cuanta más agencia atribuyamos a alguien, más tendremos la impresión de que esa persona puede controlarse, planificar cosas, resolver problemas, etc.

La "experiencia" por otro lado es la habilidad que atribuimos a otras personas de "sentir", desde sentir dolor, placer, tristeza hasta estar hambrientos, tener frío, ser felices, etc. A más experiencia, más con más intensidad nos parecerá que esa persona puede sentir todas estas cosas.

Así, podemos hacer el siguiente gráfico con las dos variables:

Y ahora, después de conseguir mezclar zombies, Terminators, bebés y Einstein en un mismo gráfico (y convertirme en un karma whore) vamos a explicarlo un poco.

  • Un zombie no puede sentir (puedes amputarle varias extremidades a balazos y segurá andando impasible hacia ti como si nada), por lo que tendrá baja experiencia, y además son especialmente estúpidos (no son del tipo de personas que hacen un sudoku todos los días mientras están en el baño), por lo que su agencia también estará en el límite inferior.
  • Terminator también tendrá una experiencia baja, ya que es una máquina y no puede sentir, pero la agencia es bastante alta, ya que puede resolver problemas, planificar y encontrar la forma de encontrarte y matarte por muy inteligente que seas, así que le damos una agencia muy alta. 
  • A un bebé por otro lado no se le puede pedir que planifique el itinerario de las próximas vacaciones familiares o resolver un problema simple de cálculo, por lo que le daremos una agencia muy baja, pero sí que una mantita un poco áspera puede hacerle sarpullido o un biberón demasiado caliente le quemará la boca, por lo que la experiencia que le damos es muy alta. 
  • Por otra parte, tenemos a Einstein. Le vamos a dar una alta agencia porque es el icono popular de los científicos del siglo XX y todo el mundo lo considera como una de las personas más inteligentes que ha habido. Por otra parte, esta foto se ha hecho famosa porque le da, además de una alta agencia, una capacidad de reír y ser gracioso (aunque en realidad la verdadera historia de la foto sea muy diferente), lo que le daría una experiencia alta también.
El artículo nos cuenta que los humanos categorizamos al resto de personas normalmente en la zona gris que hay pintada entre el bebe y Terminator. ¿Cómo lo han hecho?

Han mostrado, a través de una serie de experimentos, fotos de la misma persona, una con ropa y otra sin ropa (o una de la cara y otra en la que se ve el torso), y han visto que en las fotos en las que se ve más parte del cuerpo desnudo ("más carne"), las personas que veían la foto atribuían más experiencia y menos agencia que a la foto con ropa. Aquí os pongo algunas de las fotos que utilizaron. 


En el mismo artículo utilizaron también imágenes de una persona con ropa, desnuda y sexualiazada (en realidad la última imagen era de una peli porno de la que la actriz era la protagonista). 
El resultado fue que con la imagen sexualizada la gente atribuía aún más experiencia y menos agencia que a la imagen sólo desnuda de la actriz.

Esto también concuerda con lo visto por otro artículo de 2010 en el que hombres con actitudes sexistas expuestas a imágenes sexualizadas de mujeres mostraban una desactivación de zonas en el cerebro que se han relacionado con la teoría de la mente (capacidad de atribuir 'agencia' a otras personas): medial prefrontal cortex, posterior cingulate cortex y polos temporales. 

Y ahora, después de ver tíos y tías en pelotas volvamos a la canción. "Sólo porque estoy buena no significa que no pueda...". Mirar a la chica de la última imagen en su actitud más sexualizada. 
  • ¿Creeis que, en relación a la población general, es capaz de ganar un debate sobre macroeconomía y conflictos armados en oriente medio? 
  • ¿Creeis que es capaz de tener mayor o menor capacidad para sentir un orgasmo?
Ahora imaginaos que esta chica os quita a vuestro novio (si sois chicos haced un esfuerzo de imaginación e imaginad que sois chicas con un doctorado con un compañero de clase como novio). ¿Qué pensaríais de esta chica? ¿Creeríais que es más o menos lista que vosotras? 

Lo más interesante de todo esto es que parece ser que la belleza y la inteligencia también parecen estar relacionadas. En un artículo de Geoffrey Miller (el mismo de "The Mating Mind" que ya hemos comentado en algún que otro artículo antes en este blog), nos muestra la correlación (r=0.39) entre simetría corporal (uno de los rasgos de belleza más universal) e inteligencia. Como nos explican también en otro artículo, esto puede ser debido a que "ser atractivo" puede ser una pista de buenos genes, lo que sería necesario también para un correcto desarrollo cognitivo y para poder destinar energía y tiempo en aprender y desarrollar estas capacidades. 

Así que un consejo para la próxima vez: como dice Elif Çaglar, no subestiméis a las tías que "están buenas" sólo por su aspecto y porque nos parezcan tontas. Posiblemente son más inteligentes de lo que nos parecen y nos pueden dar más de una sorpresa, a veces desagradable, como le pasa a ella en la canción. 

BONUS 1: Podéis reconocer también una disonancia cognitiva en la parte de "¡Que alguien la calle!". 
BONUS 2: La última frase también tiene su gracia. Comprarse unos zapatos puede ser una forma de comprar, tanto posición social como "altura" si tienen tacones, con lo que le permitiría ampliar su mercado de hombres disponibles si tenemos en cuenta que la diferencia media de altura en parejas suele ser de un 10%, aunque ya hablaremos sobre esto en otra ocasión.


ResearchBlogging.org Gray K, Knobe J, Sheskin M, Bloom P, & Barrett LF (2011). More than a body: mind perception and the nature of objectification. Journal of personality and social psychology, 101 (6), 1207-20 PMID: 22059848

sábado, 19 de noviembre de 2011

¿Carrito o mochila para bebés?

Desde hace unos meses, varios de mis amigos están en periodo de "fork-exec" (tener niños). De repente descubres el maravilloso mundo de los carritos para niños. Es exactamente igual que elegir comprar un coche. Los hay convertibles, de ciudad, de campo, McLaren, rojos, verdes, de aluminio, titanio, plegables, con dirección asistida, 3G, navegador y algunos serán capaces incluso de cambiar al niño ellos solos.


Sin embargo, hay otra gran vertiente en el modo de transportar a los bebés por la gran urbe: las mochilas.



Yo personalmente, siempre he sido partidario de esta segunda opción, así que cuando se lo comenté a alguien con experiencia en esto de tener hijos (yo uno de ellos), me sorprendió con una respuesta propia de uno de los filósofos más influyentes de nuestro tiempo. Sonó a algo como esto:



Efectivamente. Fue algo así como: "estamos en el siglo XXI y tu estás retrocediendo... como los monos". Sin embargo, esa frase no es del todo desacertada. ¿Alguna vez hemos dejado de ser "monos"? ¿O debería decir "primates"? Lo repetiré una vez más (por si sois nuevos en este blog):

Vivimos en la era espacial con cerebros de la edad de piedra.

Si eres de los que cree en la evolución (porque hay gente que aún lo considera "sólo una teoría"), habrás oído que el hombre viene del mono. Esto no es estrictamente correcto. Los primates (chimpancés, bonobos, gorilas y orangutanes) compartimos un abuelo común. ¿Esto nos convierte en monos? No, pero el ser humano (homo sapiens sapiens) ES un primate, tanto en constitución como en desarrollo, y buena parte de la antropología y la primatología se sobreponen en estudios que nos ayudan a comprender mejor al ser humano (como la volución del lenguaje autónomo, el tamaño de los grupos sociales, etc.).

¿Qué tiene que ver esto con los carritos de bebés y las mochilas?

Todo. Aunque un ser humano adulto pueda pasarse 10 horas sentado delante del ordenador, hablar media hora por teléfono y conducir durante 2 horas todos los días, en las primeras etapas de nuestra vida reaccionamos y necesitamos estímulos que hemos heredado de nuestros antepasados del pleistoceno. Menos iPhone y más antropología.

Un ejemplo de estas reacciones es el reflejo darwiniano. ¿Alguna vez habéis acercado vuestro dedo a la mano de un recién nacido? Este la agarrará con mucha fuerza, tanto que es capaz de sostener su propio peso nada más nacer. Este reflejo ocurre también en la planta del pie, que hace el mismo gesto de agarrar que la mano. ¿No os lo creeis? Abrid bien los ojos:



Estos reflejos en los recién nacidos son tan importantes que su ausencia o deficiencia son indicativos de enfermedades y lesiones neurológicas.

Estos reflejos se han relacionado con nuestros antepasados comunes al resto de primates, cuando el ser humano tenía suficiente pelo como para que las crías pudiesen agarrarse a la madre y transportarse o huir de depredadores fácilmente.

Fuente: ardeaprints

Así pues, parece que la forma natural de llevar a nuestros bebés debería ser pegados a nuestro cuerpo, ya que si presentan reflejos, y sobre todo teniendo en cuenta que su desarrollo neuronal no está maduro hasta el primer año de vida, debería ser importante proporcionarle estos estímulos para su correcto desarrollo.

¿Y qué pasa cuando no se hace?

Ahora os voy a presentar una de las historias más oscuras de la psicología, así que preparaos para escuchar algo que os revolverá las tripas.

En los años 40, René Splitz llevó a cabo un experimento en el que a 90-100 recién nacidos se les separó durante 2 años en dos diferentes instalaciones hospitalarias. Además, como control también se analizó a otros 34 bebés en sus propias casas. Los que estaban en hospitales tenían dos tipos de trato muy diferente.

Los del primer grupo fueron tratados por enfermeras en el más estricto entorno sanitario. Eran alimentados con biberones esterilizados, alimentados con un estricto horario, aislados del resto de niños y el ratio de enfermeras-niños era de 1:8 a 1:10.

Los del segundo grupo estaban cuidados por sus propias madres y otras madres, algunas de ellas incluso habían sido diagnosticadas como psicópatas o criminales. Sin embargo, aunque las condiciones no eran tan limpias como cabría esperar, los niños recibían una amplia atención, estaban en contacto con otros niños y el rato de madres-niños era de 1:2.

¿Qué paso con los niños? 

Los del segundo grupo tuvieron un desarrollo normal y adecuado según su edad. Pero los del primer grupo después del primer año comenzaron a mostrar los mismos síntomas que los monos de Harlow: dejaron de reaccionar hacia los otros y se mostraban esquivos y resistentes a nuevas personas, juguetes o objetos. Pasaban su tiempo golpeándose la cabeza, rascándose hasta producirse úlceras y retorciéndose. La mayoría tenía problemas psiquiátricos a pesar de las condiciones sanitarias.

Su condición física no era mucho mejor. A los 3 meses todos los bebés tenían problemas de salud. Splitz los separó en dos grupos según edad. Los más jóvenes tenían una mortalidad del 23% y los más mayores del 40%. Cuando se fueron haciendo mayores, los que sobrevivieron presentaron otros síntomás aún más preocupantes. Sólo 2 consiguieron hablar 2 palabras y casi ninguno podía alimentarse sólo. A partir de los 6,5 meses los bebés ya no sonreían. Los bebés que sobrevivieron hasta edades más avanzadas presentaron una baja capacidad intelectual, déficit de atención, timidez, psicosis y comportamientos sociales anormales.

En el libro Neurosociology, the nexus between Neuroscience and Social Psicology, David Franks nos explica qué salió mal en el experimento:

Mientras el bebé está en el vientre materno, está expuesto a todas las hormonas que forman parte de un sistema límbico sano (el de la madre): opiaceos, oxitocina, vasopresinas, norepinefrina y otros neurotransmisores del cuerpo de la madre. Cuando el bebé nace, su cerebro debe "aprender" a producir y regular todos estos neurotransmisores que conducen la actividad cerebral.

Cuando al bebé se le aísla, su cerebro produce glucocortisol como una respuesta al estrés. Esto activa la amígdala y su respuesta al miedo se incrementa, haciendo que llore. Normalmente cuando se coge al niño, este se calma, y es capaz de asociar esto con comportamientos propios como chuparse el dedo, lo que le permite desarrollar sus propios mecanismos para calmarse y regular él mismo los neurotransmisores que debe producir normalmente.

Sin embargo, si no lo cogemos, el bebé seguirá produciendo altos niveles de glucocortisol. Altos niveles de esta hormona están asociados a daños en el cortex prefrontal, que ya no podrá ejercer su función de regulación de la respuesta de la amígdala, con lo que la respuesta de esta será aún peor, liberando más clucocorticoides y empeorando el ciclo. Estos niveles anormales de GC también pueden afectar al hipocampo, reactivando recuerdos de miedo, realimentando aún más el proceso.

Esta persistencia en recuerdos "terroríficos" puede causar también lesiones en las áreas laterales y medias del córtex prefrontal. Daños en estas áreas están asociadas a la falta de control de impulsos, conductas antisociales y sociopatías. Estos daños en el lobulo prefrontal, especialmente en el área ventromedial, son el tipo de daños que Damasio estudio con pacientes como los "Phineas Cage modernos" en el libro El Error de Descartes.

¿Y qué pasa cuando en lugar de negar nuestros orígenes evolutivos, los aprovechamos?

Pues en el otro extremo, tenemos los programas de madres canguro en países como México, en los que a los bebés prematuros se les expone a un contacto directo con mas madres durante periodos de tiempo, en lugar de aislarlos en incubadoras como hacemos en el "primer mundo".


Los niños participantes en estos programas tienen un aumento de peso y tamaño mayor que aquellos que no participan en el programa, mejorando sus probabilidades de vida y su desarrollo. Podéis leer el artículo que describe los resultados si queréis más detalles.

Después de todo esto, y escuchando los argumentos que hasta ahora he encontrado, mi opinión es que es mejor llevar a nuestros hijos pegados a nuestra piel y que escuchen nuestra respiración y nuestros latidos que no en un carrito tapados con plásticos y mantas como si fuesen camillas de hospital.

Ya tendrán tiempo de vivir en la era espacial cuando crezcan, pero hasta entonces, dejémosles ser lo que son:

Bebés de primate, hijos de Homo Sapiens.

domingo, 13 de noviembre de 2011

El cavernícola que votará por ti el próximo 20N (V)

Vamos con la quinta entrega de la serie de artículos sobre neurociencia y antropología aplicada a las elecciones generales del 20N. Esta vez vamos a evaluar el comportamiento de los partidos políticos en términos evolutivos, más concretamente, vamos a estudiar el comportamiento de los partidos en periodo electoral bajo la lupa de los mecanismo de selección sexual.

¿La selección sexual no es lo mismo que la selección natural?

Ni mucho menos. La selección natural es un proceso por el cual los organismos más aptos sobreviven y los menos aptos directamente no sobreviven. Los procesos de selección natural son especialmente visibles cuando hay una presión del entorno letal para estos organismos, como puede ser un cambio ambiental, en los depredadores o en los recursos disponibles. Aquellos que se adapten mejor a las nuevas condiciones, sobrevivirán, y el resto se extinguirá.

La selección sexual es algo más complejo (el sexo nunca fue fácil, incluso sobre el papel). La selección sexual, concepto que también introdujo Darwin en El Origen de las Especies y desasarrolló más en profundidad en El Origen del Hombre, se da cuando de entre los organismos que han sobrevivido a la selección natural, las hembras (y en muy pocas ocasiones, como en los humanos, también los machos) deben elegir con quien quieren tener descendencia.

¿Por qué (casi) siempre eligen ellas?

La reproducción sexual es un gran invento. Nos permite minimizar las mutaciones potencialmente letales que se producen en cada generación (hay estudios que estiman que cada nueva combinación de ovulo+espermatozoide tiene 1,6 mutaciones potencialmente letales, lo que se minimizaría al desarrollarse sólo los embriones con combinaciones viables).

Pero para los machos la tarea es mucho más fácil que para las hembras. Un macho después de la cópula puede seguir fecundando otras hembras, sin embargo, la hembra después de la fecundación debe gastar mucho tiempo y energía en crear, desarrollar, criar y cuidar a su descendencia, muchas veces sin la ayuda del macho. ¿Y si durante ese tiempo aparece un macho mejor que el padre de sus hijos? Es un problema, porque ha desperdiciado mucho tiempo y energía en un macho que no era el óptimo. Por ello la selección sexual suelen dirigirla las hembras.

¿Y como se las apañan las hembras para seleccionar a los mejores machos? 

Pues por medio de diferentes "rasgos sexuales" que los machos desarrollan para exhibirse y mostrar lo bueno que son tanto sus genes como su adaptación al entorno donde viven (=condición o "fitness" en inglés).

Antes de imaginarnos a Rubalcaba y a Rajoy con una cola de pavo real pegada al culo bailando danzas de cortejo en los mítines (puede que al final de este artículo lleguéis a ese nivel), vamos a ver tres conceptos interesantes de la selección sexual.

El primero de ellos es el condicionamiento sensorial. Esta teoría lo que nos expone es que los rasgos sexuales exhibidos por los machos están diseñados para excitar los sentidos de las hembras. Esto tiene bastante sentido, ya que si lo que quieres es anunciar que eres el mejor, debes hacerlo en el idioma que entiendan las hembras de tu especie.

Si eres un pavo real, deberás cantar en la frecuencia que escuchen las hembras de tu especie. Si no, imagínate que cantas en un tono tan bajo que las pavas (reales) no lo pueden escuchar. Podrás ser muy popular entre las elefantas o las ballenas y disfrutaras de una vida sexual no al alcance de muchos pavos reales, pero tus genes se extinguirán y tu voz de Barry White no pasará a ningún descendiente (aún no se han documentados casos de hibridación tan extrema, a excepción del gallifante).
Foto: Frikipedia

El segundo concepto es la trayectoria de escape de Fisher. Ya en los años 30 Fisher presentó la idea de que en sistemas en los que un macho puede fecundar a múltiples hembras (poligámicos), se producirán adornos sexuales exagerados. ¿Por qué? Imagínate que eres un pavo real hace varios millones de años. Nadie tiene la cola tan colorida que tienen los pavos reales actuales, pero a ti te han salido unas plumas un poco más coloridas en tu cola de pavo real arcaico. A algunas de las hembras de tu grupo esto les llama más la atención, y a lo largo de tu vida tienes más éxito que otros machos entre ellas y tienes más hijos que el resto de machos.

Esta descendencia tendrá tu cola coloreada, pero además, al ser hijos de hembras que han elegido este rasgo, también las hembras de la siguiente generación tienen los genes que les harán elegir a machos con colas coloreadas (como hizo su madre con su padre) en lugar a los que no tienen color. Esto da como resultado que generación tras generación las hembras eligen a los machos con mayores y más coloridas colas, y resultando a los largo de varios millones de años en adornos extravagantes y exagerados.

Foto: Wikipedia

El tercer concepto que vamos a ver es la teoría del handicap (o desventaja) de Zahavi. Lo que viene a decir Zahavi es que los adornos sexuales deben ser costosos, difíciles de crear y mantener en energía, genética y condición, de forma que los individuos que no tengan buena condición (genética + energía) no puedan hacer trampas y sirvan como un marcador fiable para que las hembras elijan al mejor de entre los machos. Así, el pavo real que mejor y más grande tenga la cola (la de las plumas, se entiende) será porque a pesar de tener ese pesado y voluminoso apéndice, es capaz de huir de los depredadores que le acechan, tiene la energía suficiente como para poder destinar gran parte de ella a mantener biológicamente esa pluma y unos genes sin mutaciones que hagan que la pluma elabore unos patrones complicados de colores simétricos y sin errores.

Después de esta clase acelerada de selección sexual (en otro artículo utilizaremos todo esto para ver por qué la gente compra iPhones a 700€ cuando fabricarlos cuesta menos de 200$), vamos a ver como el comportamiento de los partidos políticos se puede explicar bajo estos tres conceptos.

Vamos a ver a los partidos como los "machos", ya que son los que compiten por eser elegidos. Los votantes seremos las hembras o electores (lo siento chicos, pero es el momento de ponernos rimel y falda por unos instantes). El resultado de la elección, la descendencia, es un país gobernado durante 4 años por uno de los partidos que compiten en la selección y la nueva generación de hembras (votantes) tendrá que volver a elegir entre los nuevos partidos-machos (los mismo que ahora, pero 4 años después).

Como vemos, es un sistema poligámico: una decena de partidos se van a repartir casi 35 millones de electores, y gracias a que los electores de la siguiente legislatura están condicionados a votar a los partidos mayoritarios que salgan en esta por la conformidad social de de Asch que vimos en el artículo anterior, podemos (en principio) tener en cuenta como válida la trayectoria de escape de Fisher (los partidos resultantes utilizarán las técnicas que les han funcionado en la anterior legislatura y la masa está condicionada a votar a los partidos que han sido elegidos anteriormente).

Comencemos por el principio
¿Cumplen los partidos políticos en condicionamiento sensorial?

Por supuesto, pero ellos no lo llaman así. Los términos que utilizan son "segmentación" y "targets". ¿Tendría sentido que un pavo real gastase energía en desarrollar unas plumas que reflejan la luz en unas frecuencias que las pavas (reales de nuevo) no pudiesen ver? Por la misma lógica, los partidos políticos van a emitir mensajes que los electores son más propensos a escuchar. Ojo aquí, ya que he utilizado una palabra muy peligrosa.

¿Son todos los ciudadanos electores? 
NO

Los mensajes políticos no irán dirigidos a personas que no pueden votar. Como podréis comprobar, los mensajes van dirigidos a personas con nacionalidad española mayores de edad. ¿Pueden votar los menores de edad? De momento no, así que ¿Para qué prometer más horas de recreo o espacios en la televisión con más dibujos animados? Sin embargo, sólo los mayores de edad pueden fumar, trabajar, tener empresas, tener pensión, etc., por lo que es de esperar mensajes que estén destinados a este segmento.

Tampoco veremos promesas dirigidas a las poblaciones inmigrantes, que no pueden votar. Si lo están, será porque realmente están dirigidos a personas en contacto directo con inmigrantes o sensibilizadas con la igualdad y los derechos humanos, no a los propios inmigrantes. No veréis muchas promesas de clases de árabe en las escuelas, ni de facilitar los permisos de residencia, ni las reagrupaciones familiares... más bien lo contrario, ya que sólo nos ciudadanos españoles pueden votar, y por lo tanto lanzarán mensajes que mejoren las condiciones de este segmento poblacional aunque sea recortando los derechos de otros.

También podemos bajar un poco a condicionamientos a nivel cognitivo. La región del Fusiform Gyrus es un área del cerebro especializada en reconocer caras humanas. Si tenemos un área del cerebro dedicada a eso, es de esperar que haya un condicionamiento sensorial (como vimos en un artículo anterior) y que este sea utilizado estampando caras en toda publicidad política que encontremos. ¿Me alejo mucho de la realidad? ¿Habéis encontrado algún cartel electoral en el que no se vea ninguna cara? Hay muy pocos.

Hace unas semanas hablamos también como el tipo de argumentación utilizada podía ser un tipo de condicionamiento sensorial para personas que presentasen un Anterior Cingulate Cortex o una Amigdala derecha más desarrolladas. O incluso palabras y expresiones que pudimos escuchar en el debate televisado entre los dos principales candidatos como "capitalismo", "trabajadores", "confianza", "derechos", "como dios manda", "derechos", "militarismo", etc. son utilizadas para provocar reacciones en votantes de una u otra ideología sin interesarse por convencer a los de otra distinta (cantan para su público).

Tampoco tengo que hablaros de colores a estas alturas. Sería una tontería utilizar colores ultravioletas o infrarrojos en los carteles. Más bien, son todo colores saturados y primarios (azul, rojo, verde...) lo que encontramos como fondo de cualquier cartel, bandera o folleto que nos encontramos.

Incluso el medio en el que se mandan los mensajes está evolucionando. Este es el primer año que los candidatos se han hecho cuenta de Twitter. ¿Por qué? Porque los jóvenes ya no vemos la televisión, vemos Youtube, hablamos por Skype, quedamos por Facebook y nos expresamos por Twitter. En unos años la publidad ha pasado de hacer anuncios millonarios para televisión a contratar un ejército de "Social Media Managers" (o lo que eso signifique) para monitorizar, gestionar y bombardear los perfiles sociales de los posibles electores (muy pocas veces con acierto).

Podríamos estar horas hablando de condicionamiento sensorial en campaña electoral, pero...

¿Qué hay de la trayectoria de escape de Fish? 

Los partidos cada vez exhiben unos adornos (argumentos) más exagerados. No hay más que ver de nuevo a los partidos nacionalistas y su obsesión por las lenguas regionales. Es un argumento que les ha funcionado y a lo largo de varias legislaturas, han ido profundizando en ellos hasta que al final es imposible encontrar en algunos casos información en un idioma que no sea el regional.

Esto puede ocurrir también con las ideologías. Los partidos de izquierdas, de derechas o nacionalistas que hayan ganado en varias legislaturas van a tender a utilizar esos argumentos como bandera y pueden radicalizarse en sus argumentos y programas electorales.

¿Y la teoría del handicap de Zahavi?

También podemos encontrar ciertos rasgos que se asemejan a la cola de un pavo real en ese aspecto en campaña electoral. Pensemos por un momento en los mítines multitudinarios. Con enormes pantallas de plasma, megafonía propia de conciertos de Pink Floyd, miles de banderas ondeando, candidatos llegando en jets privados, equipos de seguridad...


Todo ello conlleva una gran organización y gestión de unos presupuesto de campaña de varios millones de €. Ahora una pregunta:

¿Si tuvieses que elegir a un equipo para gobernar un país de 1,41 trillones de dolares, a quién elegirías? 
¿A un partido con experiencia en gestionar grandes campañas y presupuestos? 
¿O a un partido nuevo, que hace los mítines en polideportivos de pueblo con sillas de madera y con un megáfono de mano? 

El (a primera vista) excesivo y exagerado gasto de las campañas electorales de los partidos se comportan como un rasgo sexual de handicap que nos muestra su capacidad de gestión y organización que heredará su herencia (un gobierno gestionado por ellos) si sale elegido ganador.

Otro ejemplo: ¿Por qué gastar millones de € en diseños de campañas de marketing electoral e imagen? Porque los electores inconscientemente piensan que si un partido tiene los recursos o habilidad para venderse mejor que otros, su futuro gobierno también heredará esa habilidad de venderse mejor hacia el exterior.

Después de todo esto, creo que nos hemos hecho ya con una visión bastante amplia de cómo los partidos políticos se comportan de la misma forma que lo hacen los organismos en situaciones de selección sexual. ¿O quizás deberíamos hablar simplemente de selección?

Con este termino la serie de artículos de neurociencia, neuromarketing y antropología dedicados a la política. Espero que os hayan gustado, y sobre todo que después de toda esta ración de ciencia, dentro de una semana podáis votar lo que elijáis, pero sobre todo... 


...votar más libremente y menos condicionados por el neuromarketing y publicidad electoral.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

El cavernícola que votará por ti el próximo 20N (IV)

Seguimos con la serie de artículos sobre la neurociencia de las elecciones políticas con un artículo que, si el anterior podría haberse titulado "lo que diga la rubia", este podría ser "lo que diga la mayoría". Hoy vamos a hablar de conformidad social y vamos a intentar encontrar a los culpables neuronales de este comportamiento.

¿Qué es la conformidad social? 

Pues es precisamente eso que oímos en ocasiones cuando se les pregunta a todos los del grupo si prefieren ir a cenar a un chino o a un italiano: "lo que diga la mayoría". El primero en realizar experimentos de este tipo fue Solomon Asch y su famoso experimento sobre sociología de grupos.

En el experimento de conformidad social de Asch, se cogía a un grupo de personas en una sala y se les hacía preguntas sobre unas imágenes como la que aparece a continuación:
Imagen: Wikipedia

¿Es el palo de la izquierda mayor que B?
¿Es mayor que A?
¿Es igual que C? 

La gracia del experimento es que de las personas de la sala todos salvo uno estaban compinchados. En ocasiones decían la respuesta correcta, pero en otras ocasiones se ponían de acuerdo para decir una respuesta falsa. En estas situaciones, una de cada 3 personas, respondía lo que respondía la mayoría, incluso sabiendo que estaba mal. Luego incluso justificaban su elección diciendo que no veían bien las figuras por estar lejos de la pantalla, etc. (¿Os suena esto lo que hablábamos de las disonancias cognitivas?).

El resto de personas que respondieron correctamente salvando la presión del grupo manifestaron sentirse molestos e incómodos al tener una posición diferente a la del grupo. Otro dato fue también que la probabilidad de que la víctima del experimento siguiese al grupo dependía de la uniformidad de opinión del grupo. Cuanta más mayoría absoluta, más fácil era que pensase igual que la mayoría.

¿Y esto... por qué ocurre?

La explicación que nos ofrece la psicología evolucionista, en el libro de Geoffrey Miller, The Mating Mind, es que la selección sexual ha ido seleccionando a aquellos individuos que podían socializarse más, que apoyaban más la estrategia general del grupo y que mostraban un compromiso más fuerte con la tribu social a la que pertenecen.

Robin Dunbar (el del número de Dunbar) en su libro How Many Friends Does One Person Need? también habla de las afiliaciones políticas y convicciones ideológicas como un adorno sexual que suele mostrarse más intensamente en conversaciones entre varones en los que están presentes mujeres, lo que apoyaría la idea de que estos rasgos se potenciaron mediante mecanismos de selección sexual.

Pero, ¿y la neurobiología que nos dice?

A parte de lo que ya hemos podido ver en otros artículos sobre las disonancias cognitivas, que podría explicar la justificación de "no veía bien la pantalla", estos individuos ¿lo utilizan como excusa o realmente lo creen? Parece ser que en el caso de la conformidad de grupo el recuerdo se sobreescribe y realmente el nuevo recuerdo sustituye al auténtico.

Un artículo (que explican de forma más tragable en el blog de neurociencia de wired) apunta a que la conexión entre el hipocampo y las amígdalas puede se la culpable de esta reescritura de los recuerdos originales creados como consecuencia de una experiencia sensorial personal por otros creados a través de una experiencia social. Los recuerdos se almacenan en el lóbulo temporal, pero quien decide qué y como se almacenan es el hipocampo, y la amígdala (como centro de control de las emociones) podría decidir sobre la importancia o la emoción asociada a ese recuerdo y parece ser la culpable de que los recuerdos con una componente social sustituyan a los recuerdos originales o "reales".

¿Así que no hay manera de distinguir entre recuerdos verdaderos y falsos?

Eso depende de tu cerebro. Otro artículo publicado recientemente apunta a uno de los pliegues del cerebro (el para-cingulate sulcus) como una de las estructuras que nos permiten diferenciar entre los recuerdos verdaderos y los imaginados. ¿Os suena de algo la frase "lo he vivido o lo he soñado"? Pues parece ser que las personas con este pliegue en el cerebro son capaces de distinguir con mayor precisión los recuerdos verdaderos de los falsos que las personas que no presentaban este pliegue.

¡Sorpresa! 
¡Hay gente que presenta este pliegue en el cerebro y gente que no!

Y todo esto, ¿qué tiene que ver con política y elecciones? Pues todo. De aquí al 20N vais a ver todos los días encuestas que dan como ganador a un partido o a otro. Hablarán de mayoría absolutas, de victorias apabullantes, de triunfos arrolladores... Antes incluso de que hayamos votado. Ahora juntad todo lo que hemos visto en este artículo sobre conformidad social y veréis como lo que realmente están buscando es crear una profecía autocumplida: el hecho de decir que tienen mayoría les hace conseguir esa mayoría. 

Ahora ya tenemos un arma más para pensar libremente. A partir de ahora, podemos enfrentarnos a la presión social de nuestro entorno conscientemente y elegir sin el condicionamiento heredado por nuestro cerebro de la edad de piedra el partido que más se ajuste a nuestras convicciones reales, y no "el de todo el mundo".

¿O acaso en unas elecciones generales vale también decir "lo que diga la mayoría"?

domingo, 6 de noviembre de 2011

El cavernícola que votará por ti el próximo 20N (III)

Hoy vamos con la tercera entrega sobre neurociencia y elecciones políticas en la que prometimos en el post anterior que los candidatos iban a dar la cara. Después de ver como las noticias nuestra propia constitución neuronal pueden condicionar en cierta manera nuestra decisión, hoy vamos a ver cómo la cara de los políticos pueden definir los resultados de una votación.

No es ningún secreto. Desde la época de Nixon vs. Kennedy y su debate televisado se ha estudiado la influencia de la cara de los candidatos en la decisión que toman los votantes. ¿El motivo? La duda surgió cuando en este debate, los que lo escucharon por la radio pensaban que había ganado Nixon. Todo lo contrario que los que lo habían visto por televisión, que creyeron que había ganado Kennedy.

¿Qué determina en la cara de los candidatos que sean más "votables" unos que otros? 

Uno de los artículos más citados sobre este tema habla de dos aspectos. El primero de ellos es cómo de atractivo es el rostro de los candidatos. Un rostro atractivo puede indicar calidad y está asociado a una variedad de atribuciones de personalidad positivas. Las personas más atractivas tienen más posibilidades de encontrar trabajo, y los profesores más atractivos son también los mejor valorados en las encuestas. Así pues, no sería raro que un rostro atractivo fuese más "votable" que otro no tan atractivo.

El segundo aspecto que han tenido en cuenta es la "masculinidad" o "feminidad" del rostro y si las elecciones han sido en periodo de guerra o en periodo de paz. De momento nos vamos a centrar sólo en este post en la belleza de nuestros candidatos, aunque la actual crisis y la "guerra contra los mercados", las manifestaciones en la calle, la lucha contra el terrorismo, las acciones militares en Afganistán, etc. podrían considerarse una "guerra de facto" o podría ser percibida como tal por algunas personas.

El estudio del que hablaba al principio, creó imágenes de candidatos reales y eliminó los rasgos que pudiesen ser identificativos, dándoselos a elegir a un grupo de gente para que los votasen basándose únicamente en su cara. Los resultados predijeron de forma bastante fiable el resultado real de las elecciones.

No es el único estudio de este tipo. Aquí tenemos otro en el que con una exposición de tan sólo 250ms a los rostros de los candidatos y respuestas de menos de 2 segundos, se pudo predecir el resultado final de unas elecciones gubernamentales.

Y ahora la pregunta del año... 
¿Cómo de atractivos son nuestros candidatos? 

Mi opinión personal voy a reservármela en este sentido, así que intentaremos tirar un poco más de ciencia para definir qué es "atractivo" y qué no. Parece ser que los rostros más atractivos son los que tienen, entre otras cosas, una mayor simetría facial. Esto según los antropólogos tiene su base evolutiva en que la simetría facial es algo muy complejo y costoso de hacer, ya que enfermedades de la piel, parásitos, heridas, traumas, etc. además de errores en la expresión genética que influyan en el crecimiento uniforme de los huesos, músculos y piel pueden echar al traste el crecimiento y desarrollo de un rostro simétrico, lo que lo haría un marcador perfecto de condición física y calidad genética. Como repito siempre, vivimos en la era espacial con cerebros de la edad de piedra y aunque parezca irracional elegir el partido que va a gobernar nuestras vidas durante los siguientes 4 años por cómo de guapo es su candidato, en parte estamos condicionados para actuar de esta forma.

Así que vamos a ponernos las gafas de medir cabezas de homo sapiens y veamos cómo de simétricos son los rostros de Rubalcaba y de Rajoy.

Para ello nos hemos hecho con un par de fotos frontales de los candidatos y hemos marcado una línea vertical en el centro de las mismas. Después hemos ido marcando diferentes puntos biométricos, como pueden ser las aletas de la nariz, el contorno de los ojos, la comisura de los labios, la mandíbula, las orejas... y vemos como de centradas están estos marcadores a ambos lados de la cara. Para ello marcamos el punto medio entre los dos marcadores y vemos cuanto se alejan de la vertical media. Aquí tenemos el resultado:



Esta es una forma de visualizar la simetría facial de los candidatos. Como vemos, Rubalcaba parece tener algunos marcadores ligeramente más desviados que Rajoy, aunque ninguno de los candidatos presenta una simetría notable.

Otra forma de ver gráficamente la simetría de los rostros es crear imágenes simétricas con sólo una parte de la cara y ver cuánto se parecen o se diferencian de la cara original. Una cara simétrica presentará una composición hecha con sólo la mitad muy similar a la original, mientras que una cara asimétrica presentará un resultado muy diferente a la original.

En el siguiente experimento hemos creado dos imágenes ficticias de los candidatos, una con una simetría del lado derecho y otra con la mitad izquierda del rostro. Vamos a ver cuánto de parecen o se diferencian del original:


De nuevo vemos que los rostros creados con simetrías son diferentes a los rostros originales, y de nuevo en la composición de Rubalcaba la diferencia de los rostros simétricos es mayor que en el caso de Rajoy.

Cómo decía en el artículo anterior dedicado a elección política y estructuras neuronales, la elección política es mucho más que esto. Hay gente que se lee los programas electorales, que vota por costumbre, por castigo o por su entorno. Este es sólo un aspecto más que nos debe ayudar a evaluar cómo de libres somos y preguntarnos a nosotros mismos si las elecciones que estamos haciendo son realmente racionales y lógicas o condicionadas por nuestro cerebro del Pleistoceno.

Ahora que hemos entrado ya en campaña sería interesante ver qué imágenes están utilizando en los carteles y propaganda electoral los principales candidatos y cómo modifican las fotografías originales. ¿Corregirán asimetrías? ¿Masculinizarán los rostros? ¿Los harán más jóvenes o más maduros? Si encuentro material suficiente prometo hacer un nuevo post sobre este tema, que he encontrado muy interesante.