Ahora supongamos que las dos personas que comparten el piso son por una parte un "señor bajito con bigote" (le llamaremos Sr. Paquito), tradicionalista, nacionalista, creyente convencido, supersticioso, poco amigo de los cambios, hincha de su equipo de fútbol y votante convencido de su partido político "de siempre".
Por otra parte está su sobrino Federico, un estudiante de físicas de la universidad. Se pasa el día en el laboratorio haciendo prácticas entre tubos de ensayo e instrumentación de medida, toca en un grupo punk de la facultad, asiste a todas las manifestaciones antisistema que se convocan, es anarquista, ateo, y le encanta entrar en todo tipo de conversaciones científicas, religiosas y políticas, aunque siempre está dispuesto a cambiar su forma de pensar si se le presentan pruebas de que está equivocado (siempre que se siga el método científico).
Además de esto, el dueño del piso es el señor Paquito, así que Fede va a tener que acatar la mayor parte de las cosas que Paquito diga y decida, pero aquí hay otro inconveniente: Paquito es ciego, y depende de lo que Fede le vaya diciendo y contando. ¿Os habéis hecho ya una idea ya de la situación? Pues ahora imaginad que el Sr. Paquito es el hemisferio izquierdo de vuestro cerebro y Federico es el derecho.
Aunque desde siempre sabemos que desde el punto de vista motor, la parte derecha de nuestro cuerpo la controla el hemisferio izquierdo y la izquierda de nuestra cuerpo el hemisferio derecho, tengo noticias para vosotros:
Nuestros cerebros no son simétricos funcionalmente.
Esto no quiere decir que el hemisferio derecho no comprenda el lenguaje o que el izquierdo no sienta, pero las regiones dedicadas a esas funciones son sensiblemente más amplias y especializadas en uno y otro hemisferio, lo que hace que se de una gran especialización funcional.
¿Cómo conocieron los científicos al Sr. Paquito y a Federico?
¿Qué había pasado? Pues que en este paciente el Sr. Paquito y Federico se habían separado y vivían en pisos diferentes. Cuando le preguntabas a Paquito una cosa respondía Paquito, pero cuando Preguntabas a Federico, respondía Federico. ¿Y cuando preguntabas a los dos a la vez? Pues dependiendo a quien preguntases responderían cosas diferentes. Esto es lo que nos cuenta Vilayanur Ramachadran (apodado el Marco Polo de la neurociencia) de sus experiencias con pacientes con cerebro dividido:
La mitad izquierda del cerebro es creyente y la mitad derecha atea.
El propio Ramachadran nos presenta en su trabajo "La biología evolutiva del auto-engaño" la experiencia con pacientes con daños en el hemisferio derecho del cerebro, en las zonas somatosensoriales (Federico) y sufren de anosognosia. Transcribo una de sus conversaciones con uno de sus pacientes (FD):
Rama: Sª D, ¿Cómo se encuentra hoy?
FD: Me duele la cabeza, ¿Sabe doctor? Tuve un ictus y me llevaron al hospital.
Rama: Sª D, ¿Puede andar?
FD: Sí.
(La señora FD ha estado en una silla de ruedas las últimas 2 semanas y no puede andar).
Rama: Sª D ¿Puede levantar las manos, puede mover sus manos?
FD: Sí.
Rama: ¿Puede usar su mano derecha?
FD: Sí.
Rama: ¿Puede usar su mano izquierda?
FD: Sí.
Rama: ¿Son sus dos manos igual de fuertes?
FD: Sí, por supuesto que son igual de fuertes.
Rama: ¿Puede apuntar con su mano derecha mi nariz?
FD: (Sigue las instrucciones y apunta con su mano derecha mi nariz).
Rama: Sª D, señale mi nariz con su mano izquierda.
FD: (Su mano yace paralizada en frente de ella).
Rama: Sª D, ¿Está señalando mi nariz?
FD: Sí.
Rama: ¿Puede ver claramente su mano apuntándome?
FD: Sí, está a dos pulgadas de su nariz.
Antonio Damasio también describe en "Buscando a Spinozza" a pacientes con similares lesiones. Algunos de ellos con anosognosia e incluso alguno con asomatognosia. En este caso especial de anosognosia, los pacientes racionalizan que no puedan mover el brazo afectado (normalmente el izquierdo) aludiendo que el brazo no les pertenece, sino que es de un familiar o un amigo.
¿Qué ha pasado en estos pacientes? Pues que Federico se ha ido de casa.
- Nos permite tomar decisiones rápidas y sin tener que evaluar una y otra vez todas las posibles variables que nos llegan por nuestros sentidos.
- Hace que las decisiones que tomemos sean coherentes con una estrategia dada, de forma que no se anulen las unas a las otras y sean efectivas.
El problema llega cuando las reglas que ha creado el hemisferio izquierdo entran en conflicto con lo que el hemisferio derecho registra del mundo exterior. Esto se llama disonancia cognitiva y suele venir acompañada por una sensación de ansiedad, por lo que la tendencia natural es reducirla. Aquí tenemos dos opciones:
- Si la disonancia cognitiva es pequeña, podemos ignorarla o interpretar lo que el hemisferio derecho registra de forma que no contradiga las reglas existentes. Esto se llama racionalización o auto-engaño.
- Si la disonancia cognitiva es lo suficientemente grande, Asumir que las reglas que usamos no son válidas y crear un cambio de paradigma con unas nuevas reglas que expliquen mejor lo que estamos percibiendo del mundo.
Ahora os voy a contar la historia de otro ejemplo de racionalización:
Imagínate que te despiertas en la cama de un hospital. Has tenido un accidente. Miras a tu alrededor y hay una persona igual que tu hermano. Su cara es igual, su pelo, su ropa, sus gestos... todo. Pero algo te dice que ese no es tu hermano. De repente entra alguien que se parece a tu mujer. Es igual que ella, incluso habla igual, huele igual... todo igual. Pero tu sabes que no es ella, es un replicante. Entonces, cuando se va, la llamas por teléfono. Al oír su voz sabes que es ella. ¡Por fin! Le cuentas que estás en el hospital y que hay una doble suya que se hace pasar por ella. Es todo una mascarada, pero por suerte ella mantiene su número de móvil y estás hablando con ella. Entonces ella te dice: "Cariño, la del hospital era yo, acabamos de estar juntos".
Esto es lo que les sucede a los pacientes con síndrome de Capgras. Estos son personas que tienen seccionada la conexión entre el centro del cerebro que reconoce caras y la amígdala, que genera las emociones asociadas a las caras. En personas normales, hace que cuando veamos la cara de un familiar o un amigo haya una respuesta emocional inmediata. Sin embargo esto no sucede en estos pacientes. Su forma de resolver la disonancia cognitiva que supone la falta de una respuesta emotiva es racionalizar esa situación y asumir que sus seres queridos han sido sustituidos por replicantes o dobles.
Sin embargo, esto no pasa cuando los llaman por teléfono, porque la conexión de la amígdala con los centros de interpretación del lenguaje siguen intactos.
Sin embargo, esto no pasa cuando los llaman por teléfono, porque la conexión de la amígdala con los centros de interpretación del lenguaje siguen intactos.
Aquí tenemos de nuevo a Ramachadran explicando el síndrome de Capgras:
Para entenderlo mejor:
Imagina que han comprado una nueva cocina de inducción y Paquito quiere usar sus antiguas cacerolas. Su lógica es: "si han funcionado siempre, tienen que funcionar en la nueva cocina". Federico le dice: "tenemos que comprar unas nuevas cacerolas que funcionen con cocinas de inducción".
Una disonancia cognitiva es cuando el señor Paquito y Federico discuten.
Aquí Paquito tiene dos opciones cuando pruebe las cacerolas viejas y eso no se caliente:
- Enfadarse y va a llamar a los que les han instalado la cocina nueva y gritarles que no funciona y que quiere que le devuelvan el dinero.
- Comprobar que, como ha dicho Fererico, no funcionan y resignarse a comprar unas cacerolas nuevas.
Todos tenemos un Paquito y un Federico dentro de nosotros, y continuamente nos enfrentamos a racionalizaciones y disonancias cognitivas. Es muy importante estar alerta a esas racionalizaciones y a "cuando algo nos chirría". No escuchar a Federico nos puede llevar a radicalismos y fundamentalismos como justificar actos violentos o criminales por ideologías políticas o religiosas.
El hemisferio izquierdo interpreta el mundo que le llena por parte del hemisferio derecho. Pero "el mundo" nos incluye también a nosotros mismos. Por ello, algunas disonancias cognitivas implicarán cambios de paradigma tan grandes que el hemisferio izquierdo se negará a realizarlos. Esto pasa con creencias que expliquen el "propio yo", como religión, política, filosofía, etc.
Para asumir un cambio de paradigma las pruebas que llegan del hemisferio derecho tienen que pesar más que las consecuencias del cambio de paradigma que implica, y para que ese cambio deje se explicar como hasta ahora la propia existencia, las pruebas deben ser muy, pero que muy grandes.
Por ello la mayoría de la gente defenderá sus creencias vitales (aquellas que afectan a su propia identidad o existencia) de forma incluso irracional para el resto, pero racionalizada por y para sí mismos con el fin de no entrar en un incómodo cambio de paradigma. Por ello un consejo:
No intentes discutir sobre religión con un creyente. Lo único que conseguirás es que él salga aún más convencido de la discusión de lo que estaba cuando ésta empezó.
Una estrategia diferente puede ser hacer que se explique y tratar de que se de cuenta de las racionalizaciones y aumentar las disonancias cognitivas y contradicciones en las que puede entrar a la hora de justificar sus creencias hasta que sean tan grandes que tenga que forzar un cambio o al menos dudar de su paradigma actual. De todas formas, si hablando con alguien detectáis que no resuelve las disonancias cognitivas, yo dejaría de discutir y trataría de cambiar de tema dejándole claro que no compartes su punto de vista y ya. No hay peor sordo que el que no quiere oír.
También tienes que tener cuidado, ya que puede que seas tú el que no esté resolviendo una disonancia cognitiva. Valora siempre si lo que crees saber es cierto o no y si es posible que la persona que tienen en frente pueda tener razón. Mantente siempre abierto a cambiar tu forma de pensar.
En este mismo trabajo, Ramachadran propone que la risa es una forma de expresar disonancias cognitivas triviales. El humor y los chistes se basan en eso, en historias en las que el final es sorprendente, absurdo y trivial, lo que genera carcajadas en todo aquel que "coge el chiste", que no hace otra cosa que resolver una pequeña disonancia cognitiva creada por la historia que se está contando y su final no esperado. Hay momentos en los que Paquito y Federico también se llevan bien y eso lo disfrutamos todos.
También tienes que tener cuidado, ya que puede que seas tú el que no esté resolviendo una disonancia cognitiva. Valora siempre si lo que crees saber es cierto o no y si es posible que la persona que tienen en frente pueda tener razón. Mantente siempre abierto a cambiar tu forma de pensar.
En este mismo trabajo, Ramachadran propone que la risa es una forma de expresar disonancias cognitivas triviales. El humor y los chistes se basan en eso, en historias en las que el final es sorprendente, absurdo y trivial, lo que genera carcajadas en todo aquel que "coge el chiste", que no hace otra cosa que resolver una pequeña disonancia cognitiva creada por la historia que se está contando y su final no esperado. Hay momentos en los que Paquito y Federico también se llevan bien y eso lo disfrutamos todos.
En futuros artículos me gustaría hablar más de Ramachadran y sus diferentes trabajos en otras áreas, como sinestesia o miembros fantasmas, pero eso será en otra ocasión.
Nota 1: El nombre de Feredico está puesto por Nietzsche y su "Dios ha muerto". El nombre del Sr. Paquito... sin comentarios.
Nota 2: En este artículo he usado estereotipos. No quiero decir que todos los creyentes sean bajitos y con bigote, pero sí que todos los creyentes se enfrentan a disonancias cognitivas y no las resuelven ni cambian de paradigma, sino que las ignoran y las racionalizan, al igual que cualquier militante político, activista, hincha o en general cualquier personas "con principios" (incluidos los punks).
Nota 3: Si te has sentido violento u ofendido por este artículo.... ¡Enhorabuena!. Estas sintiendo en este momento una disonancia cognitiva y ese era uno de los objetivos de este artículo. Está en tus manos si la ignoras, la racionalizas o creas un cambio de paradigma en tu hemisferio izquierdo. ¿A quien quieres escuchar? ¿A Paquito o a Federico?
Nota 4: La disonancia cognitiva también se puede dar en las ciencias. Sin embargo, un buen científico está siempre abierto al debate y a cambiar su forma de pensar, ya que ese es el camino por el que la ciencia avanza.
Nota 5: Este artículo lo quería escribir desde hace ya unas semanas, pero ha sido otro artículo y los comentarios que hay al mismo los que me han lanzado a escribirlo: ¿Por qué los creyentes no quieren escuchar los argumentos que critican su creencia?
Nota 1: El nombre de Feredico está puesto por Nietzsche y su "Dios ha muerto". El nombre del Sr. Paquito... sin comentarios.
Nota 2: En este artículo he usado estereotipos. No quiero decir que todos los creyentes sean bajitos y con bigote, pero sí que todos los creyentes se enfrentan a disonancias cognitivas y no las resuelven ni cambian de paradigma, sino que las ignoran y las racionalizan, al igual que cualquier militante político, activista, hincha o en general cualquier personas "con principios" (incluidos los punks).
Nota 3: Si te has sentido violento u ofendido por este artículo.... ¡Enhorabuena!. Estas sintiendo en este momento una disonancia cognitiva y ese era uno de los objetivos de este artículo. Está en tus manos si la ignoras, la racionalizas o creas un cambio de paradigma en tu hemisferio izquierdo. ¿A quien quieres escuchar? ¿A Paquito o a Federico?
Nota 4: La disonancia cognitiva también se puede dar en las ciencias. Sin embargo, un buen científico está siempre abierto al debate y a cambiar su forma de pensar, ya que ese es el camino por el que la ciencia avanza.
Nota 5: Este artículo lo quería escribir desde hace ya unas semanas, pero ha sido otro artículo y los comentarios que hay al mismo los que me han lanzado a escribirlo: ¿Por qué los creyentes no quieren escuchar los argumentos que critican su creencia?