domingo, 27 de febrero de 2011

De Darwin a las microexpresiones de Ekman

Estos últimos meses he conseguido tener algo de tiempo para leer, y de un libro a otro he terminado leyendo a Paul Ekman y sus estudios sobre las expresiones y las emociones humanas. Pero esto es sólo el final de la historia. Volvamos a hace unos cuantos años atrás en la historia.

Como cuenta el propio Ekman en su libro Emotions revealed, la corriente de pensamiento en los 60 era que las expresiones del rostro humanas son dependientes de la cultura en la que viven. Incluso él mismo afirma que había escuchado que el propio Charles Darwin, en su libro de 1872 (13 años después que El Origen de las Especies) The Expression of the Emotions in Man and Animals proponía que había una serie de expresiones universales comunes a todos los seres humanos. Sin embargo, él no lo pensaba así aunque pronto cambiaría de opinión.


Su primer golpe de suerte, como relata en su libro, fue el obtener una beca de un proyecto de ARPA que había sido cancelado a causa de un escándalo en el que debía gastar el dinero en un estudio en algo no controvertido y en el extranjero. Una de las personas que llevaba la asignación del dinero entró un día en su despacho y le propuso estudiar cómo la cultura influía en los gestos. Daba la casualidad de que la mujer de este hombre era Tailandesa, y había leído los artículos de Ekman sobre la dependencia de la cultura en los gestos y le pareció interesante.

El segundo fue conocer a Silvan Tomkins gracias a que los dos publicaron artículos a la vez en la misma revista. Tomkins pensaba como Darwin y había desarrollado una capacidad tan asombrosa en el reconocimiento de gestos y expresiones que dicen que llegó a ganar grandes cantidades de dinero apostando a los caballos simplemente viendo la expresión de estos antes de la carrera.

Así, Paul Ekman, con apenas 30 años y dinero disponible para gastar en investigación, decidió irse a investigar si las expresiones faciales eran o no universales. Para ello se fue a Brasil, Chile, Argentina. Japón y en los propios EEUU. Esto tenía el problema de que todos ellos podían estar influenciados por televisión, periódicos, fotografías, etc. Así que en un segundo estudio buscó en Papúa Nueva Guinea dos poblaciones totalmente aisladas de la civilización. No habían visto nunca un occidental ni habían tenido contacto con ninguna persona que no fuese de su tribu. Fue este estudio con tribus aisladas el que demostró que existen 6 expresiones universales a todos los seres humanos: Enfado, disgusto, tristeza, sorpresa, miedo y alegría.


A partir de entonces, Ekman se ha dedicado a investigar las expresiones en los humanos y su interacción con las emociones que las desencadenan. Para ello, identificó todos los músculos de la cara y durante años estuvo documentando uno a uno los movimientos y expresiones que generan cada uno de ellos. Algunos son fáciles de mover, pero para otros tuvo que recurrir a un compañero cirujano para que, con unas agujas, estimulara eléctricamente el musculo para ver qué gesto provocaba. Incluso hay gestos que alguien puede hacer o no de manera genética, como abrir los orificios nasales.

Con todo este trabajo metódico, creó FACS (Facial Action Coding System), un sistema para identificar cada músculo y gesto de la cara. Actualmente se utiliza, por ejemplo, para crear películas de animación en 3D. La cara de Shrek nos parece tan real, expresiva e incluso natural porque está controlada gracias a este sistema.
Uno de los campos en los que los estudios de Ekman han probado su mayor utilidad es en la detección de mentiras. En su libro Telling Lies, nos explica cómo poder detectar lo que alguien está sintiendo y como poder deducir si está mintiéndonos o está diciéndonos la verdad. Para ello, se utilizan gestos (emblemas, ilustradores, manipuladores) y sobre todo, las microexpresiones.

Las microexpresiones con expresiones que duran sólo décimas de segundo y que si alguien está entrenado para identificar, es posible verlas e interpretarlas. Son importantes porque estas microexpresiones son totalmente inconscientes y una muestra de la emoción real que está experimentando la persona con la que hablamos. Para poder convertirnos en un maestro de las microexpresiones podemos comprar los programas informáticos de Ekman o podemos buscar expresiones de gente en internet y parpadear rápidamente intentando identificar la expresión que hemos visto.

Recientemente, Ekman ha saltado a la popularidad también porque la FOX ha creado una serie (similar en estructura a Bones, House, mentes criminales, etc.) en la que el personaje principal (Cal Lightman) es un alter-ego del propio Ekman que ha hecho los mismos estudios, artículos y libros que su doble en la vida real. La serie se llama Lie to me (Miénteme en España), y en los primeros 6-7 capítulos explica claramente la ciencia y las microexpresiones de Ekman de una manera bastante didáctica y gráfica.


Espero que os haya, al menos, picado el gusanillo de las microexpresiones. Si leeis los libros de Ekman y hacéis el entrenamiento en microexpresiones, posiblemente no conseguiréis saber si alguien miente al 100%, pero sí que os puede dar pistas de qué es lo que realmente está sintiendo la persona con la que estáis hablando. Algo terriblemente útil tanto en las relaciones personales como en las laborales.

Actualización (Abril-2011): Para todos aquellos que os interese este mundo, he creado un nuevo blog: "cazando microexpresiones" donde iré publicando análisis de vídeos y fotografías donde poder verlas y analizarlas.