sábado, 24 de diciembre de 2011

Analizando el mito de los chinos roba-organos

Siempre me han fascinado las leyendas urbanas. Esas historias que van pasando de boca en boca durante meses, que todo el mundo conoce y cuenta y que dan por reales. Todos hemos creído alguna, nos han contado alguna o nos hemos visto reflejados en partes de una u otra. Por eso cuando esta semana me llegó una evolución de una que ya conocía, me puse las gafas de antropólogo y me puse a analizar, como ejercicio práctico, el mito que me había llegado. La historia es la siguiente:

Estaba comiendo con unos compañeros y uno me dice algo así como:

¿A que no sabes lo que me contaron ayer? Unos amigos de mis padres tienen unos conocidos cuya hija está estudiando en Madrid, aunque ella es de Huesca, creo... Bueno, el caso es que estaban de fiesta y ella en un chino a comprar una cosa, y al rato no salía, no salía y los amigos entraron a buscarla. Los chinos decían que ella no estaba allí, pero no había salido, así que llamaron a la policía. Cuando entró la policía, ella estaba en el sótano metida en una caja con el pelo rapado. 

Mi primera reacción fue una sonrisa de oreja a oreja, ya que estaba viendo en primera persona como la leyenda urbana que había escuchado hace ya unos años volvía a mi de nuevo con ciertas mutaciones interesantes. Intenté explicarle a mi compañero que no era cierta esa historia, pero él me confirmaba y reconfirmaba que era una historia real, y que la víctima estaba a menos de 4 conexiones sociales de él (la hija de unos amigos, de unos amigos de sus padres). Entonces lancé una pregunta al aire.

¿Alguien más ha oído esa historia?

Las respuestas no tardaron en aparecer, pero esta vez en sus diferentes variantes. En unas, la víctima era un niño, en otras era la una mujer y quien avisaba a la policía era su marido, en otra la víctima estaba en una camilla, en otras amordazada, en ocasiones el local estaba en el barrio de Las Delicias de Zaragoza, otras en Madrid, en otras en un polígono industrial... Sin embargo, podemos ver ciertos genes en este meme que no cambian y que lo definen:

  • La víctima es una mujer en la mayoría de los casos
  • La víctima entra sola a un comercio regentado por chinos
  • Los amigos/marido llaman a la policía ante la ausencia de la víctima
  • La policía llega y rescata a la víctima ilesa (en ninguna versión he encontrado un resultado de muerte de la víctima)
  • El móvil del rapto es el tráfico de órganos
Este es el código genético de nuestro meme, lo que lo distingue de otras leyendas urbanas como la muerta de la curva, la anciana que mete el gato en el microondas/lavadora o muchas otras que habitan en nuestra cultura popular. Ahora vamos a meternos un poco más en profundidad en por qué este meme ha conseguido durar tantos años y sigue aún vivo y con fuerza.

En primer lugar tenemos que entender la propia naturaleza de las leyendas urbanas. Para hacernos una idea, son las "Caperucitas Rojas" de la era moderna. Hoy en día vemos a Caperucita Roja como un cuento de niños, pero en una época en la que la sociedad es rural, en contacto con la naturaleza y posibles predadores/asesinos de humanos (osos, lobos, etc.) inculcar a los niños el terror en los lobos puede salvar vidas, ya que evitas que salgan solos por el bosque. 

Las leyendas urbanas suelen tener un componente "educativo" para las sociedades en las que viven. La muerta de la curva nos avisa que tengamos cuidado cuando conducimos de noche, la abuela del gato que no sequemos a nuestra mascota con electrodomésticos y la del hombre que se despierta en la bañera de un hotel sin un riñón que tengamos cuidado con posibles drogas que nos puedan echar en la bebida. 

Sin embargo, esta leyenda urbana de los chinos roba-órganos tiene algo especial. Lo que la mantiene viva no es su posible utilidad didáctica, como podría haber sido la historia de Caperucita para evitar que los niños salgan solos al bosque, sino que utiliza un instinto oculto y hasta cierto punto oscuro de los seres humanos que la psicología evolucionista y la antropología pueden ayudarnos a desvelar

Como ya conté en el anterior artículo, la vida en el pleistoceno del África tropical, donde tuvieron lugar todos los cambios que nos han hecho humanos no fue fácil. Tenemos que tener en cuenta que el ser humano arcaico (Homo Rhodesiensis, Homo Antecessor), sus abuelos (Homo Erectus) y sus descendientes (Homo Sapiens Sapiens) y algunos primos (Homo Neanderthalensis, Homo Heidelbergensis, hombre de Denisova) vivían  a la vez y muchas veces, compartiendo vecindario. Eso hizo que la convivencia no fuese fácil. Entre los genes que vemos esta leyenda urbana hay dos que me han llamado especialmente la atención, la víctima y el motivo del rapto. Empecemos por este último. 

El robo de órganos es la versión moderna del canibalismo ritual. En culturas en las que aún existe el canibalismo, persiste de una manera ritual y como una manera de adquirir la fuerza o los atributos de la persona a la que te estás comiendo. En el caso del robo de órganos, este efecto no puede ser más literal. Esta costumbre del canibalismo no es nueva, sino que parece haber sido una constante a lo largo de la evolución humana, tanto entre los humanos de la misma especie, como entre diferentes especies de hombres (Homo). Incluso hoy en día en ciertas zonas es "normal" comer otros primates

Así pues, podemos ver como ese miedo a ser comido, ha sido una constante en la evolución humana y ha llegado a nuestros días adaptándose a las nuevas sociedades que han ido apareciendo en la historia. Desde los vampiros de la Europa del Este popularizados gracias a nuestras versiones occidentalizadas de Drácula, el Hombre del Saco (aunque este fue tristemente real). 

El segundo punto que me interesa de este mito es el perfil de la víctima. Nunca es un hombre, siempre una mujer y en alguna ocasión un niño. ¿Por qué? Si pensáis que es porque la mujer es más débil e indefensa, estáis de nuevo descontextualizando la evolución humana. En el pleistoceno, las mujeres humanas no eran las aspirantes a París Hilton con tacones que se pueden ver un sábado cualquiera de en un bar de copas. Como dice Geoffrey Miller en su libro "The Mating Mind": 

Cuando uno se imagina a las mujeres ancestrales frente a los depredadores, no hay que imaginarse a Marilyn Monroe gimoteando y acobardándose. Tenemos que visualizar a Steffi Graf blandiendo una antorcha en lugar de una raqueta. 
Entonces, ¿Por qué mujeres? 

Pensemos en términos evolutivos. Para una comunidad su activo más valioso no son los recursos materiales, ni su cultura, ni su selección nacional de fútbol, ni sus bailes regionales. Son sus mujeres fértiles. Si no veis claramente lo que implica esta afirmación, os recomiendo la película "Hijos de los hombres", en la que exploran una sociedad en la que la humanidad es incapaz de tener hijos.



¿Por qué las mujeres fértiles son el activo más valioso? Porque, así como un hombre puede fecundar en un día varias mujeres, una mujer sólo puede ser fecundada por un hombre, es infértil durante los 9 meses que esté embarazada, dará a luz sólo un hijo (como mucho de manera excepcional a dos) y tiene posibilidad de morir en el parto junto a su bebé. Esto hace que sea un recurso muy valioso, ya que necesitas un número considerable para poder perpetuar tu comunidad.

¿Pero si nacen la mitad niños y la mitad niñas, no veo cual es el problema?

El problema es que debido a la selección sexual y la trayectoria de escape de Fisher (la misma que hace posible la divergencia rápida de entre especies), las comunidades tienden a primar ciertos rasgos culturales y de fenotipos que pueden hacer que el grupo caiga en la endogamia si es demasiado reducido. Esto tiene el problema de que, si no se renuevan de vez en cuando la variedad genética del grupo, pueda ser sensible a fallos genéticos que se van heredando y transmitiendo entre la comunidad y a debilidades inmunológicas a nuevas enfermedades y parásitos, ya que el grupo se sobre-especializaría.

La única opción es buscar fuera. Para ello hay dos formas. O traemos material genético masculino o femenino. El masculino lo podemos importar de otros grupos, cuyos individuos estarán encantados de participar en una orgía consentida con todas las mujeres de la aldea. Sin embargo, debido a la presión de la selección sexual en los machos, esto no parece ser muy probable. Más bien al contrario. Cuando un macho extranjero aparece para cortejar a las hembras del grupo, los machos locales no reaccionarán nada bien.

Sin embargo, la importación de hembras al grupo parece ser bastante mejor recibido por los machos del grupo. De hecho, hay ciertas culturas en las que es obligación raptar a tu futura mujer de una aldea cercana si te quieres casar.

¿Y qué pasa cuando dos comunidades se encuentran?

Pues que las cosas pueden ir bien o mal. Si van bien, ya sea porque somos los dos pacíficos (cosa que no solía pasar) o porque pertenecemos a la misma cultura, grupo social, etc. Nuestros jóvenes disfrutarán de fugaces y fértiles escarceos amorosos. Es la versión ancestral de las fiestas Erasmus.

Si las cosas no van bien tenemos varias posibilidades. Desde que un grupo de machos jóvenes arrase la aldea y viole a nuestras mujeres, pudiendo dejar a algunas de ellas embarazadas, que raptemos a algunas de sus mujeres o que nos llevemos unos cuantos niños o niñas como esclavos. Los niños con el tiempo pueden incluso pasar a formar parte de la sociedad que los asimila, y las niñas serán utilizadas como esclavas sexuales, produciendo más niños que regeneren la variedad genética del grupo.

Esta visión casi psicópata de la vida del pleistoceno no creáis que está muy lejos de la realidad. Sólo hay que ver las historias que cuentan los niños y niñas soldado supervivientes de los países africanos en guerras, a las mujeres latinoamericanas que tratan de pasar la frontera o los ya mencionados rituales nupciales de Kazakstán.

Así pues, el rapto de mujeres y niños es algo que está impreso también dentro de nuestro subconsciente más profundo, sobre todo si quien lo perpetra es de otra raza, como ya vimos en el artículo anterior.

Esto le daría un segundo punto fuerte a nuestra historia de los chinos roba-órganos que le permitiría sobrevivir varios años pasando de boca en boca, cambiando algunos detalles, pero sin alterar esos que la hacen poderosamente atractiva para nuestro Homo Sapiens interior.

Y vosotros... ¿Habéis escuchado también esta historia? ¿Conocéis alguna variación? ¿Alguna otra leyenda urbana similar? ¡Os espero en los comentarios!

martes, 13 de diciembre de 2011

Yo no soy racista, pero... tu cerebro sí lo es



Yo no soy racista, pero... 

Esta es una de las frases que más podemos encontrar justo delante de otra perfectamente racista. Además de utilizar la falacia que yo denomino "no te enfades, pero..."  ("no te enfades, pero me he tirado a tu mujer"; "no te enfades, pero te voy a dar una patada en la entrepierna"; "no soy racista, pero los negros nos quitan el trabajo", "no soy homófobo, pero es que los gays..." etc.) en la que se trata de invalidar la verdadera implicación de una frase posterior con otra anterior con la que se intenta condicionar la manera en la que va a ser recibida esta segunda, estas personas dan amplio repertorio de amigos, conocidos o familiares de esa misma condición (negros, moros, gays, gitanos, etc.) como prueba de que no son racistas.

Me da igual que pienses que no eres racista o que tengas los amigos o conocidos que quieras. Eres racista. Es duro, es incluso triste tener que reconocerlo, pero no te preocupes. Todos somos racistas (ya ha hablado "el abuelo" en alguna ocasión de ello) por motivos antropológicos y en ocasiones también sociales, y como veremos, reconocerlo y ser conscientes de que lo somos es el primer paso para dejar de serlo.

Para combatir el racismo primero hay que conocerlo, así que allí vamos. En este artículo intentaré dar algunas pistas de las posibles causas de las reacciones racistas que existen en el ser humano y por qué existen, para poder ver al final, cómo poder utilizar esto para combatir el racista que tenemos dentro.

Antes de todo, para entender cómo hemos llegado aquí, es muy importante saber dónde se desarrollaron los cambios que nos hicieron humanos. Dónde lo abuelos del Homo Sapiens llegaron a ser lo que es hoy en día el humano moderno. Para ello quiero que veáis esta imagen de familia de la evolución humana:

¿Qué es incorrecto en esta imagen? 

Pues que todos ellos eran negros y en la imagen son blancos. La evolución del ser humano tuvo lugar en África, dirigida por la selección sexual de mujeres africanas negras entre los hombres disponibles en cada momento y lugar de los 2 millones de años de evolución que nos han hecho humanos, y así lo demuestran los estudios de ADN que se han realizado a lo largo del planeta y que han hecho posible trazar un mapa de las migraciones humanas a través de su (pre)historia.

¿Por qué es importante que la evolución humana se desarrollase en África?

Los que hayáis viajado alguna vez a países tropicales y subtropicales, sabréis que antes de viajar hay que vacunarse de un montón de enfermedades y parásitos que viven en esas latitudes. Si os ponéis en las botas de un Homo Habilis hace 2 millones de años en el África tropical, la vida debió ser realmente dura, especialmente en el tema sanitario. Si te ponías malo, comías algo en mal estado, "pillabas un bicho" o se te infectaba una herida, corrías el riesgo muy probable de morirte.

Por ello, uno de los mecanismos que desarrolló el ser humano a lo largo de la evolución es lo que se denomina el "sistema inmune comportacional" o "behavioral inmune system" en inglés (os dejo aquí un artículo de Scientific American donde hablan de él).

¿Qué es el sistema inmune comportacional? 

Antes de explicarlo, vamos un paso hacia atrás. Una de las emociones básicas es la del asco. Esta emoción lo que nos permite es evitar las comidas que podrían ser contaminantes o nocivas, como por ejemplo comida en mal estado, excrementos, agua contaminada o putrefacta, etc.

Sin embargo, el ser humano no se quedó allí, sino que el desarrollo de emociones sociales basadas en las emociones básicas hicieron posible la emoción social del asco, que se dispara cuando vemos a otras personas realizar acciones que consideramos contaminantes, inmorales, impuras, repulsivas o que conllevan un uso no apropiado del propio cuerpo.

¿Queréis experimentar esta sensación de asco? 

Imaginaos que estáis andando por la calle y veis delante de vosotros un señor que se para delante de vosotros, se agacha y coge del suelo con sus manos un condón usado.

Esa cara que estáis poniendo ahora mismo es de asco, es universal a todos los seres humanos y es la responsable de algunas formas de racismo.

Uno de los problemas de vivir hace 2 millones de años en el África tropical era que tenías que desarrollar una serie de comportamientos que, no sólo evitasen ser pasto de los parásitos, sino también pudiesen prevenirlos. Los grupos sociales desarrollaron sus propias costumbres y hábitos higiénicos y cuando se encontraban con otros grupos con hábitos diferentes, les parecía (y como consecuencia nos parecen hoy en día) que son "sucios". Esta emoción social de asco puede estar detrás de ciertas formas de racismo, en las que se siente asco por otro grupo social, étnico o cultural.

Además, parece ser que el lenguaje y la religión se utilizaron como barrera de entrada para evitar la mezcla de los diferentes grupos sociales y los consiguientes contagios de enfermedades para los que no estaban inmunizados. Parece ser que existe una relación directa entre la densidad de idiomas y religión  y la latitud geográfica (no olvidemos que las religiones se basan en reglas de como usar y no usar el propio cuerpo, de "pureza" y de "impuros"), lo que se corresponde con las zonas tropicales y subtropicales con alto índice de parásitos y contagio de enfermedades infecciosas. De esto pueden dar lecciones de historia los descendientes de los antiguos indígenas americanos, cuyas poblaciones fueron diezmadas por las enfermedades que trajeron los europeos al nuevo continente.

Lo interesante de este sistema inmune comportacional es que, al estar basado en emociones básicas, está sujeto también a los cambios internos del cuerpo. Otro estudio ha encontrado por ejemplo, que las mujeres embarazadas, al tener el sistema inmune comprometido, muestran unos índices mayores de etnocentrismo y xenofobia.

Este es uno de los grandes aspectos que encontramos en los orígenes del hombre que podrían explicar el racismo de nuestros días, pero no es el único. Como ya es común (y aún no lo había escrito en este artículo), vivimos en la era espacial con cerebros de la edad de piedra, y esto hace que comportamientos que hace 2 millones de años eran útiles, ahora nos den más de un quebradero de cabeza.

La otra emoción que nos ayudará a entender el racismo es el miedo.

¿Por qué el miedo? 

De nuevo tenemos que ponernos en la piel (negra, no lo olvidemos) de un Homo Erectus en África hace 1 millón de años (he cambiado el abuelo y la fecha para no aburrirnos, pero no he cambiado la ubicación, ya que aquellos que salieron de África no contribuyeron a la evolución del hombre moderno).

Imagínate que eres el componente de un grupo de 7 individuos. Eres una mujer joven, de unos 13 años. Estas recogiendo algunas frutas alrededor del campamento que habéis formado donde esperan otra mujer más mayor con su hija embarazada, su compañero y 3 niños. De repente, entre las ramas, ves una cara desconocida. ¿Qué haces?

Lo mejor que te puede pasar en ese momento es que te violen y te dejen marchar sin más daño. El resto de posibilidades abarcan el rapto, el esclavismo (recordemos que hasta hace casi 150 años era algo legal y generalizado en todo el mundo), el ataque físico, y por supuesto la muerte. Recordemos que en el pleistoceno el ser humano no era el único primate que existía y la convivencia, por los restos que se han encontrado, solían incluir el canibalismo entre especies y dentro de la misma.

En este escenario, si veías una cara no familiar, lo mejor que podías hacer era correr, así que la emoción que se dispara automáticamente a través de la amígdala es la del miedo cuando se ven caras no familiares. Esta reacción es mucho más fuerte cuando se ven caras de otros grupos étnicos y más aún cuando estas caras miran directamente que cuando miran hacia otro lado.

La buena noticia es que a la vez que evolucionaba este mecanismo de defensa, también crecía el cortex prefrontal de nuestro cerebro, que es capaz de regular la acción de la amígdala y su reacción ante el miedo. Esto hace posible que una predisposición cognitiva pueda modular reacciones racistas. Es decir, darnos cuenta de que estamos siendo racistas, nos ayuda a dejar de serlo conscientemente (cortex prefrontal) y eso hace que inconscientemente (amígdala) también dejemos de serlo. 

Ya tenemos las dos pistas antropológicas que nos pueden ayudar a descifrar el racismo: el sistema inmune comportacional y el miedo a caras extrañas.

Pero nos queda otra que está oculta en el funcionamiento de nuestro propio cerebro: los prejuicios.

Nuestro hemisferio izquierdo del cerebro es una máquina de re-presentar el mundo. Y digo re-presentar porque este hemisferio no recibe nueva información, sino que esta le llega gracias al hemisferio derecho (presenta). Este hemisferio izquierdo "interpreta" el mundo en el más amplio sentido de la palabra. Es el responsable de que en el día a día utilicemos reglas fáciles y automáticas que nos ayudan a entender el mundo y no tener que pensar media hora cada vez que nos encontramos ante un problema simple.

Pongámonos en una situación simple en un ejemplo del psicólogo y nobel de economía Daniel Kahneman. Le decimos a nuestro hijo que vaya a por el pan viene con el pan y un chicle que se ha comprado. Todo le ha costado 1,10€ y nos dice que el pan ha costado 1€ más que el chicle.

¿Cuánto ha costado cada cosa?

¡Falso!

Seguramente has contestado: "El pan 1€ y el chicle 0,10€". Esa es la regla heurística que nuestro hemisferio izquierdo ha utilizado. Si hubiésemos utilizado el derecho y un poco de tiempo veríamos que el chicle cuesta 0,05€ y pan cuesta 1,05€.

Estas mismas heurísticas y reglas son las que rigen los prejuicios, en los que se asocia a un grupo unas características determinadas. Estos prejuicios se pueden medir con unos tests en los que se mide el tiempo de respuesta al responder preguntas con dos conceptos diferentes, como por ejemplo, caras de personas negras y "bueno" / caras de blancos y "malo" y viceversa. Cuanto mayor sea la diferencia de tiempo entre las respuestas en las diferentes asociaciones mayor existencia de prejuicios existe. Esto se llama test de asociación implícita.

¿Queréis probarlo? Aquí tenéis varios test en español donde podréis comprobar por vosotros mismos si sois racistas, machistas, si odiáis a los catalanes, vascos o madrileños o si no os gustan las personas con un color de piel más oscuro. Bastante clarificador para alguien que "no es racista, pero...".

Los prejuicios o asociaciones implicitas son terriblemente peligrosos por dos motivos. El primero de ellos es que, a diferencia de las emociones, alguien perteneciente al grupo social sobre el que se tienen prejuicios puede tener esos mismos prejuicios sobre sí mismo. Esto no pasaba con las emociones, que eran dependientes de tu raza y la del otro. Aquí, un latino puede tener prejuicios hacia los latinos y un negro puede tener los mismos prejuicios hacia los negros que un blanco.

El segundo motivo por el que los prejuicios son peligrosos es que creer en ellos hace que los hagamos realidad. Esto tienes sus raíces de nuevo en el cerebro, en las neuronas espejo y en la in-corporación (embodiment) del lenguaje, los mismos aspectos de los que se vale la programación neurolingüistica (PNL) y la sugestión para hacernos actuar inconscientemente como quieren que actuemos (de esto hablaré en otra ocasión largo y tendido). Así pues, si somos latinos y tenemos el prejuicio de que los latinos andan de una determinada manera, andaremos inconscientemente así (si cambiáis "latinos" por "ancianos" encontraréis este famoso experimento).

Como hemos visto, hemos podido identificar 3 fuentes diferentes de origen del racismo. 


Ninguna de ellas es compatible con el estilo de vida y la sociedad actual. 

Con respecto al asco social, debemos aprender que otras culturas tienen diferentes costumbres (y seguramente religiones que las regulen) y son igual de válidas que las nuestras.

Por otro lado, hemos visto también que darnos cuenta de que tenemos estas reacciones puede regular la acción de la amígdala haciendo que en futuras interacciones su respuesta sea menor o más modulada y reaccionemos sin condicionamientos por estar delante de alguien de otra raza.

Y por último hemos visto que los prejuicios y estereotipos juegan un papel clave a la hora de juzgar grupos sociales y personas en particular. Mi consejo con este último punto es personalizar y descategorizar a las personas. Al fin y al cabo somos todos seres humanos y hemos recorrido este largo camino juntos. Los prejuicios lo único que consiguen es atarnos a una forma de pensar que no corresponde con la realidad, sino con un espejismo creado por nuestro hemisferio izquierdo para poder entenderlo.

El racismo como vemos, es algo innato al ser humano, pero también el ser humano es el primate más social que existe. Nuestra capacidad para hablar, entender y gestionar las relaciones sociales nos ha hecho únicos. También nuestra capacidad para entender de donde vienen nuestras limitaciones y poder superarlas es única. Ningún otro animal tiene la plasticidad cognitiva que tiene el ser humano.

Por todo ello, la próxima vez que esteis a punto de decir eso de "yo no soy racista, pero..." pensadlo bien y analizad cual de estos tres puntos que hemos visto está siendo el responsable de vuestra reacción, aunque puede que sean varios de ellos a la vez (pensad que uno no excluye al otro e incluso puede potenciarlo).

domingo, 4 de diciembre de 2011

Que esté buena no significa que sea tonta

Antes de la ciencia, un poco de música:

Elif Çağlar - Just Because por xxbahadir

Las letras en español dicen algo así:


Sí era joven
Y encantadora, alta y morena
Y sí, ella me robó a mi novio
No estoy feliz No voy a fingir

Puede que ella sea tonta
Pero yo fui incluso más tonta
Cómo no pude ver
Que mi novio era
Sólo un hombre al final

Todo lo que sale de su boca
Comienza con las palabras "Yo estaba como"
"Quiero decir que yo estaba como 'Oh, Dios mío!'"

¡Oh, cómo pudo mi hombre con un doctorado
Dejarme por una chica que es todo apariencia!
Ella mira y mira
Sin embargo, ella no puede ver nada

Todo lo que sale de su boca
Comienza con las palabras "Yo estaba como"
"Quiero decir que yo estaba como 'Oh, Dios mío!'"
Que alguien la calle ya
Que alguien la calle ya
Alguien, por favor...

Ella dice que "sólo porque este buena,
No significa que no pueda
Cantar, pensar, hablar, discutir
Cualquier cosa que tu puedas hacer
yo lo puedo hacer mejor que tú
Y tu lo sabes! "

He perdido mi autoestima
He perdido mi autoestima
Todo en lo que Yo creía
Ahora me dejó, me dejó de alguna manera
Ella lo cogió todo de mí,
Ahora sé que debo ser
Más Fuerte y más sabia
Ve, y consulta a un peluquero

Subestimé el poder que tenía
Fue una gran lección para mí
Pero es suficiente
Que alguien la calle ya
Que alguien la calle ya
¡Alguien, por favor!

Pregúntate a ti misma si un día ella se cruza en tu camino
¿Vas a estar lista?
Así que anímate y compra esos zapatos
Ahora...
Como veis, la historia va de una chica cuyo chico se va con otra que "parece" más tonta pero al final le dice a la cantante (con un doctorado también como su novio, por cierto):

"sólo porque este buena,
No significa que no pueda
Cantar, pensar, hablar, discutir
Cualquier cosa que tu puedas hacer
yo lo puedo hacer mejor que tú
Y tu lo sabes! "
¿Cuál es la relación entre "estar buena" o "ser sexy" y "cantar, pensar, hablar, discutir"...? 
p
(A partir de aquí es donde empieza la ciencia).

Según un artículo de que está siendo comentado en diferentes blogs últimamente (aquí tengo que reconocer que se me han adelantado, ya que tenía pendiente este articulo desde hace un tiempo pero estuve volcado en la serie "El cavernícola que votará por ti en el próximo 20N"...), antes se pensaba que la visión "sexualizada" de personas tiende a ver estas personas más como objetos que como personas. Sin embargo este artículo va un poco más allá y define dos aspectos de la teoría de la mente diferentes: agencia y experiencia.

Se llama "teoría de la mente" a la capacidad que tenemos los seres humanos de atribuir habilidades mente a otros seres vivos (normalmente otros humanos). La agencia es la habilidad de auto-control, planificación, racionalidad... todo aquello que tiene que ver con una mente analítica y racional. Cuanta más agencia atribuyamos a alguien, más tendremos la impresión de que esa persona puede controlarse, planificar cosas, resolver problemas, etc.

La "experiencia" por otro lado es la habilidad que atribuimos a otras personas de "sentir", desde sentir dolor, placer, tristeza hasta estar hambrientos, tener frío, ser felices, etc. A más experiencia, más con más intensidad nos parecerá que esa persona puede sentir todas estas cosas.

Así, podemos hacer el siguiente gráfico con las dos variables:

Y ahora, después de conseguir mezclar zombies, Terminators, bebés y Einstein en un mismo gráfico (y convertirme en un karma whore) vamos a explicarlo un poco.

  • Un zombie no puede sentir (puedes amputarle varias extremidades a balazos y segurá andando impasible hacia ti como si nada), por lo que tendrá baja experiencia, y además son especialmente estúpidos (no son del tipo de personas que hacen un sudoku todos los días mientras están en el baño), por lo que su agencia también estará en el límite inferior.
  • Terminator también tendrá una experiencia baja, ya que es una máquina y no puede sentir, pero la agencia es bastante alta, ya que puede resolver problemas, planificar y encontrar la forma de encontrarte y matarte por muy inteligente que seas, así que le damos una agencia muy alta. 
  • A un bebé por otro lado no se le puede pedir que planifique el itinerario de las próximas vacaciones familiares o resolver un problema simple de cálculo, por lo que le daremos una agencia muy baja, pero sí que una mantita un poco áspera puede hacerle sarpullido o un biberón demasiado caliente le quemará la boca, por lo que la experiencia que le damos es muy alta. 
  • Por otra parte, tenemos a Einstein. Le vamos a dar una alta agencia porque es el icono popular de los científicos del siglo XX y todo el mundo lo considera como una de las personas más inteligentes que ha habido. Por otra parte, esta foto se ha hecho famosa porque le da, además de una alta agencia, una capacidad de reír y ser gracioso (aunque en realidad la verdadera historia de la foto sea muy diferente), lo que le daría una experiencia alta también.
El artículo nos cuenta que los humanos categorizamos al resto de personas normalmente en la zona gris que hay pintada entre el bebe y Terminator. ¿Cómo lo han hecho?

Han mostrado, a través de una serie de experimentos, fotos de la misma persona, una con ropa y otra sin ropa (o una de la cara y otra en la que se ve el torso), y han visto que en las fotos en las que se ve más parte del cuerpo desnudo ("más carne"), las personas que veían la foto atribuían más experiencia y menos agencia que a la foto con ropa. Aquí os pongo algunas de las fotos que utilizaron. 


En el mismo artículo utilizaron también imágenes de una persona con ropa, desnuda y sexualiazada (en realidad la última imagen era de una peli porno de la que la actriz era la protagonista). 
El resultado fue que con la imagen sexualizada la gente atribuía aún más experiencia y menos agencia que a la imagen sólo desnuda de la actriz.

Esto también concuerda con lo visto por otro artículo de 2010 en el que hombres con actitudes sexistas expuestas a imágenes sexualizadas de mujeres mostraban una desactivación de zonas en el cerebro que se han relacionado con la teoría de la mente (capacidad de atribuir 'agencia' a otras personas): medial prefrontal cortex, posterior cingulate cortex y polos temporales. 

Y ahora, después de ver tíos y tías en pelotas volvamos a la canción. "Sólo porque estoy buena no significa que no pueda...". Mirar a la chica de la última imagen en su actitud más sexualizada. 
  • ¿Creeis que, en relación a la población general, es capaz de ganar un debate sobre macroeconomía y conflictos armados en oriente medio? 
  • ¿Creeis que es capaz de tener mayor o menor capacidad para sentir un orgasmo?
Ahora imaginaos que esta chica os quita a vuestro novio (si sois chicos haced un esfuerzo de imaginación e imaginad que sois chicas con un doctorado con un compañero de clase como novio). ¿Qué pensaríais de esta chica? ¿Creeríais que es más o menos lista que vosotras? 

Lo más interesante de todo esto es que parece ser que la belleza y la inteligencia también parecen estar relacionadas. En un artículo de Geoffrey Miller (el mismo de "The Mating Mind" que ya hemos comentado en algún que otro artículo antes en este blog), nos muestra la correlación (r=0.39) entre simetría corporal (uno de los rasgos de belleza más universal) e inteligencia. Como nos explican también en otro artículo, esto puede ser debido a que "ser atractivo" puede ser una pista de buenos genes, lo que sería necesario también para un correcto desarrollo cognitivo y para poder destinar energía y tiempo en aprender y desarrollar estas capacidades. 

Así que un consejo para la próxima vez: como dice Elif Çaglar, no subestiméis a las tías que "están buenas" sólo por su aspecto y porque nos parezcan tontas. Posiblemente son más inteligentes de lo que nos parecen y nos pueden dar más de una sorpresa, a veces desagradable, como le pasa a ella en la canción. 

BONUS 1: Podéis reconocer también una disonancia cognitiva en la parte de "¡Que alguien la calle!". 
BONUS 2: La última frase también tiene su gracia. Comprarse unos zapatos puede ser una forma de comprar, tanto posición social como "altura" si tienen tacones, con lo que le permitiría ampliar su mercado de hombres disponibles si tenemos en cuenta que la diferencia media de altura en parejas suele ser de un 10%, aunque ya hablaremos sobre esto en otra ocasión.


ResearchBlogging.org Gray K, Knobe J, Sheskin M, Bloom P, & Barrett LF (2011). More than a body: mind perception and the nature of objectification. Journal of personality and social psychology, 101 (6), 1207-20 PMID: 22059848