sábado, 24 de diciembre de 2011

Analizando el mito de los chinos roba-organos

Siempre me han fascinado las leyendas urbanas. Esas historias que van pasando de boca en boca durante meses, que todo el mundo conoce y cuenta y que dan por reales. Todos hemos creído alguna, nos han contado alguna o nos hemos visto reflejados en partes de una u otra. Por eso cuando esta semana me llegó una evolución de una que ya conocía, me puse las gafas de antropólogo y me puse a analizar, como ejercicio práctico, el mito que me había llegado. La historia es la siguiente:

Estaba comiendo con unos compañeros y uno me dice algo así como:

¿A que no sabes lo que me contaron ayer? Unos amigos de mis padres tienen unos conocidos cuya hija está estudiando en Madrid, aunque ella es de Huesca, creo... Bueno, el caso es que estaban de fiesta y ella en un chino a comprar una cosa, y al rato no salía, no salía y los amigos entraron a buscarla. Los chinos decían que ella no estaba allí, pero no había salido, así que llamaron a la policía. Cuando entró la policía, ella estaba en el sótano metida en una caja con el pelo rapado. 

Mi primera reacción fue una sonrisa de oreja a oreja, ya que estaba viendo en primera persona como la leyenda urbana que había escuchado hace ya unos años volvía a mi de nuevo con ciertas mutaciones interesantes. Intenté explicarle a mi compañero que no era cierta esa historia, pero él me confirmaba y reconfirmaba que era una historia real, y que la víctima estaba a menos de 4 conexiones sociales de él (la hija de unos amigos, de unos amigos de sus padres). Entonces lancé una pregunta al aire.

¿Alguien más ha oído esa historia?

Las respuestas no tardaron en aparecer, pero esta vez en sus diferentes variantes. En unas, la víctima era un niño, en otras era la una mujer y quien avisaba a la policía era su marido, en otra la víctima estaba en una camilla, en otras amordazada, en ocasiones el local estaba en el barrio de Las Delicias de Zaragoza, otras en Madrid, en otras en un polígono industrial... Sin embargo, podemos ver ciertos genes en este meme que no cambian y que lo definen:

  • La víctima es una mujer en la mayoría de los casos
  • La víctima entra sola a un comercio regentado por chinos
  • Los amigos/marido llaman a la policía ante la ausencia de la víctima
  • La policía llega y rescata a la víctima ilesa (en ninguna versión he encontrado un resultado de muerte de la víctima)
  • El móvil del rapto es el tráfico de órganos
Este es el código genético de nuestro meme, lo que lo distingue de otras leyendas urbanas como la muerta de la curva, la anciana que mete el gato en el microondas/lavadora o muchas otras que habitan en nuestra cultura popular. Ahora vamos a meternos un poco más en profundidad en por qué este meme ha conseguido durar tantos años y sigue aún vivo y con fuerza.

En primer lugar tenemos que entender la propia naturaleza de las leyendas urbanas. Para hacernos una idea, son las "Caperucitas Rojas" de la era moderna. Hoy en día vemos a Caperucita Roja como un cuento de niños, pero en una época en la que la sociedad es rural, en contacto con la naturaleza y posibles predadores/asesinos de humanos (osos, lobos, etc.) inculcar a los niños el terror en los lobos puede salvar vidas, ya que evitas que salgan solos por el bosque. 

Las leyendas urbanas suelen tener un componente "educativo" para las sociedades en las que viven. La muerta de la curva nos avisa que tengamos cuidado cuando conducimos de noche, la abuela del gato que no sequemos a nuestra mascota con electrodomésticos y la del hombre que se despierta en la bañera de un hotel sin un riñón que tengamos cuidado con posibles drogas que nos puedan echar en la bebida. 

Sin embargo, esta leyenda urbana de los chinos roba-órganos tiene algo especial. Lo que la mantiene viva no es su posible utilidad didáctica, como podría haber sido la historia de Caperucita para evitar que los niños salgan solos al bosque, sino que utiliza un instinto oculto y hasta cierto punto oscuro de los seres humanos que la psicología evolucionista y la antropología pueden ayudarnos a desvelar

Como ya conté en el anterior artículo, la vida en el pleistoceno del África tropical, donde tuvieron lugar todos los cambios que nos han hecho humanos no fue fácil. Tenemos que tener en cuenta que el ser humano arcaico (Homo Rhodesiensis, Homo Antecessor), sus abuelos (Homo Erectus) y sus descendientes (Homo Sapiens Sapiens) y algunos primos (Homo Neanderthalensis, Homo Heidelbergensis, hombre de Denisova) vivían  a la vez y muchas veces, compartiendo vecindario. Eso hizo que la convivencia no fuese fácil. Entre los genes que vemos esta leyenda urbana hay dos que me han llamado especialmente la atención, la víctima y el motivo del rapto. Empecemos por este último. 

El robo de órganos es la versión moderna del canibalismo ritual. En culturas en las que aún existe el canibalismo, persiste de una manera ritual y como una manera de adquirir la fuerza o los atributos de la persona a la que te estás comiendo. En el caso del robo de órganos, este efecto no puede ser más literal. Esta costumbre del canibalismo no es nueva, sino que parece haber sido una constante a lo largo de la evolución humana, tanto entre los humanos de la misma especie, como entre diferentes especies de hombres (Homo). Incluso hoy en día en ciertas zonas es "normal" comer otros primates

Así pues, podemos ver como ese miedo a ser comido, ha sido una constante en la evolución humana y ha llegado a nuestros días adaptándose a las nuevas sociedades que han ido apareciendo en la historia. Desde los vampiros de la Europa del Este popularizados gracias a nuestras versiones occidentalizadas de Drácula, el Hombre del Saco (aunque este fue tristemente real). 

El segundo punto que me interesa de este mito es el perfil de la víctima. Nunca es un hombre, siempre una mujer y en alguna ocasión un niño. ¿Por qué? Si pensáis que es porque la mujer es más débil e indefensa, estáis de nuevo descontextualizando la evolución humana. En el pleistoceno, las mujeres humanas no eran las aspirantes a París Hilton con tacones que se pueden ver un sábado cualquiera de en un bar de copas. Como dice Geoffrey Miller en su libro "The Mating Mind": 

Cuando uno se imagina a las mujeres ancestrales frente a los depredadores, no hay que imaginarse a Marilyn Monroe gimoteando y acobardándose. Tenemos que visualizar a Steffi Graf blandiendo una antorcha en lugar de una raqueta. 
Entonces, ¿Por qué mujeres? 

Pensemos en términos evolutivos. Para una comunidad su activo más valioso no son los recursos materiales, ni su cultura, ni su selección nacional de fútbol, ni sus bailes regionales. Son sus mujeres fértiles. Si no veis claramente lo que implica esta afirmación, os recomiendo la película "Hijos de los hombres", en la que exploran una sociedad en la que la humanidad es incapaz de tener hijos.



¿Por qué las mujeres fértiles son el activo más valioso? Porque, así como un hombre puede fecundar en un día varias mujeres, una mujer sólo puede ser fecundada por un hombre, es infértil durante los 9 meses que esté embarazada, dará a luz sólo un hijo (como mucho de manera excepcional a dos) y tiene posibilidad de morir en el parto junto a su bebé. Esto hace que sea un recurso muy valioso, ya que necesitas un número considerable para poder perpetuar tu comunidad.

¿Pero si nacen la mitad niños y la mitad niñas, no veo cual es el problema?

El problema es que debido a la selección sexual y la trayectoria de escape de Fisher (la misma que hace posible la divergencia rápida de entre especies), las comunidades tienden a primar ciertos rasgos culturales y de fenotipos que pueden hacer que el grupo caiga en la endogamia si es demasiado reducido. Esto tiene el problema de que, si no se renuevan de vez en cuando la variedad genética del grupo, pueda ser sensible a fallos genéticos que se van heredando y transmitiendo entre la comunidad y a debilidades inmunológicas a nuevas enfermedades y parásitos, ya que el grupo se sobre-especializaría.

La única opción es buscar fuera. Para ello hay dos formas. O traemos material genético masculino o femenino. El masculino lo podemos importar de otros grupos, cuyos individuos estarán encantados de participar en una orgía consentida con todas las mujeres de la aldea. Sin embargo, debido a la presión de la selección sexual en los machos, esto no parece ser muy probable. Más bien al contrario. Cuando un macho extranjero aparece para cortejar a las hembras del grupo, los machos locales no reaccionarán nada bien.

Sin embargo, la importación de hembras al grupo parece ser bastante mejor recibido por los machos del grupo. De hecho, hay ciertas culturas en las que es obligación raptar a tu futura mujer de una aldea cercana si te quieres casar.

¿Y qué pasa cuando dos comunidades se encuentran?

Pues que las cosas pueden ir bien o mal. Si van bien, ya sea porque somos los dos pacíficos (cosa que no solía pasar) o porque pertenecemos a la misma cultura, grupo social, etc. Nuestros jóvenes disfrutarán de fugaces y fértiles escarceos amorosos. Es la versión ancestral de las fiestas Erasmus.

Si las cosas no van bien tenemos varias posibilidades. Desde que un grupo de machos jóvenes arrase la aldea y viole a nuestras mujeres, pudiendo dejar a algunas de ellas embarazadas, que raptemos a algunas de sus mujeres o que nos llevemos unos cuantos niños o niñas como esclavos. Los niños con el tiempo pueden incluso pasar a formar parte de la sociedad que los asimila, y las niñas serán utilizadas como esclavas sexuales, produciendo más niños que regeneren la variedad genética del grupo.

Esta visión casi psicópata de la vida del pleistoceno no creáis que está muy lejos de la realidad. Sólo hay que ver las historias que cuentan los niños y niñas soldado supervivientes de los países africanos en guerras, a las mujeres latinoamericanas que tratan de pasar la frontera o los ya mencionados rituales nupciales de Kazakstán.

Así pues, el rapto de mujeres y niños es algo que está impreso también dentro de nuestro subconsciente más profundo, sobre todo si quien lo perpetra es de otra raza, como ya vimos en el artículo anterior.

Esto le daría un segundo punto fuerte a nuestra historia de los chinos roba-órganos que le permitiría sobrevivir varios años pasando de boca en boca, cambiando algunos detalles, pero sin alterar esos que la hacen poderosamente atractiva para nuestro Homo Sapiens interior.

Y vosotros... ¿Habéis escuchado también esta historia? ¿Conocéis alguna variación? ¿Alguna otra leyenda urbana similar? ¡Os espero en los comentarios!

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