jueves, 2 de abril de 2009

Stress digital y stress de conexión

Cada vez más gente sufre lo que se ha llegado a llamar "stress digital", que consiste en una sensación de agobio o de falta de privacidad debido a las redes sociales, relaciones online y emails. Hay gente incluso que ha decidido darse de baja de este tipo de redes sociales por situaciones en las que han decidido dejar de pertenecer al mundo digital.

Cuando nos abrimos una cuenta en Facebook o en cualquier otra red, no sabemos lo que la gente puede colgar o decir sobre nosotros antes de que lleguemos nosotros a leerlo y eliminarlo si no nos interesa que nadie más lo encuentre. La mayoría de la gente usa las redes para estar en contacto con sus amigos, pero suando la familia, tus clientes o tus jefes comienzan a agregarte como amigo puede que tengas un conflicto entre el material que hay publicado sobre ti y la imagen que quieres/debes dar a estas personas. 

El stress de conexión es algo diferente. Consiste en la tensión o el stress que sse crea cuando sabes que puedes recibir un mensaje, une mail o una llamada que te va a generar stress. Es similar a cuando un usuario de Blackberry cree haber recibido un mensaje, mira su teléfono y no ha recibido nada. Este efecto es llamado el "síndrome de la llamada fantasma". 

Cada vez hay más gente que, al igual que otros desaparecen de las redes sociales, apagan el móvil durante periodos de tiempo en los que quieren descansar. Incluso el fin de semana, aunque sepan que no les van a llamar, deciden apagar el móvil del trabajo de manera simbólica para acabar con el stress.

La tranquilidad es un bien valioso. Hace no mucho tiempo, quien tenía un móvil era alguien importante, y dar el número de móvil a alguien era algo "cool". Ahora lo "cool" es no tener móvil, o por lo menos, no tenerlo encendido. Es imposible conseguir el móvil de algunas personas y algunos incluso deciden no llevarlo. No porque no lo necesiten, sino porque pueden permitirse que otra persona sufra ese stress de conexión por ellos. 

Llevamos miles de años cambiando y evolucionando un cerebro que ahora tiene que enfrentarse a aparatos y estilos de vida que no existían hace 10 años. El stress digital y el stress de conexión es algo a lo que aún no hemos tenido tiempo de acostumbrarnos y que aún no sabemos como afrontar, quizás porque ni siquiera muchos de nosotros somos conscientes de ello.

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