En el artículo anterior presentaba una técnica de imagen digital que utilizaba fotografías reales para modificarlas dándoles las características propias de otras especies de homínidos. Después del primer experimento me pareció tan interesante que he seguido haciendo algunas pruebas adaptando una imagen mía a diferentes cráneos de homínidos.
El resultado es bastante revelador, ya que permite de una forma bastante más amable y fácil ver las diferencias morfológicas de las diferentes especies. No es lo mismo ver un cráneo desnudo que una cara. Pensemos que nuestro cerebro ha evolucionado para ver caras, no cráneos.
Pues bien, haciéndome con una pequeña colección de cráneos he hecho "mi" propio árbol filogénico de la evolución humana (click en la imagen para ampliar):
Como comentarios decir que me he basado en uno de los árboles filogénicos actuales (no hay uno, hay muchos...), considerando el H. ergaster como el H. erectus africano y como precursor de los H. erectus asiáticos (el de Pekín y el de Java), y como antecesor también del H. Heidelbergensis. Este último sería antecesor tanto del neandertal como del sapiens sapiens.
He incluido dos cráneos diferentes del neandertal, uno del yacimiento de Chapelle-Aux Saints y el otro del yacimiento de La Ferrassie, ya que me parecían anatómicamente tan diferentes que he decidido hacer la prueba con los dos para ver incluso dentro de lo que se considera una misma especie hoy en día las diferencias morfológicas que hay entre individuos.
Como digo, este árbol filogénico es sólo uno de muchos. Posiblemente falten muchas líneas, homínidos y algunas de ellas no sean correctas, pero de momento esto es una interpretación más o menos aceptada de lo que conocemos.
También he añadido la línea de puntos entre el neandertal y el hombre actual por el flujo de genes que hubo entre los últimos y el hombre moderno que se puede encontrar en las poblaciones fuera de África.
Aquí faltarían más homínidos, algunos porque aún no sabemos como son, como el hombre de Denisova (del que sólo hay unos dientes) y otros porque no sabemos ni cuál ni cómo era, como el humano arcaico que se mezcló con la población africana.
También hay un hecho muy importante que no he tenido en cuenta en la infografía: el color de la piel. No sabemos el color de la piel ni el pelo (color y cantidad) de los homínidos que he puesto aquí. En principio, se supone que la pigmentación varía con la latitud y la exposición a radiación UV, pero como la piel y el pelo no se fosilizan, no hay evidencias de qué aspecto tendrían. Mi apuesta es que serían de un tono oscuro al haber evolucionado en un clima subtropical, pero para la infografía no lo he modificado. De esta forma podemos centrarnos en las características morfológicas de la cabeza (tamaño del cráneo, toro supraorbital prominente, proyección de la frente y la boca, robustez de la mandíbula, etc.) sin que el color de piel nos despiste.
También sería interesante poner, igual que he hecho con el Neandertal, diferentes cráneos de poblaciones humanas. Es especialemente interesante por ejemplo la morfología de algunos cráneos de aborígenes australianos, que recuerdan mucho a la configuración craneal de los neandertales, aunque sean tan sapiens sapiens como nosotros.
Imagen: Akela
El resultado es bastante revelador, ya que permite de una forma bastante más amable y fácil ver las diferencias morfológicas de las diferentes especies. No es lo mismo ver un cráneo desnudo que una cara. Pensemos que nuestro cerebro ha evolucionado para ver caras, no cráneos.
Pues bien, haciéndome con una pequeña colección de cráneos he hecho "mi" propio árbol filogénico de la evolución humana (click en la imagen para ampliar):
Como comentarios decir que me he basado en uno de los árboles filogénicos actuales (no hay uno, hay muchos...), considerando el H. ergaster como el H. erectus africano y como precursor de los H. erectus asiáticos (el de Pekín y el de Java), y como antecesor también del H. Heidelbergensis. Este último sería antecesor tanto del neandertal como del sapiens sapiens.
He incluido dos cráneos diferentes del neandertal, uno del yacimiento de Chapelle-Aux Saints y el otro del yacimiento de La Ferrassie, ya que me parecían anatómicamente tan diferentes que he decidido hacer la prueba con los dos para ver incluso dentro de lo que se considera una misma especie hoy en día las diferencias morfológicas que hay entre individuos.
Como digo, este árbol filogénico es sólo uno de muchos. Posiblemente falten muchas líneas, homínidos y algunas de ellas no sean correctas, pero de momento esto es una interpretación más o menos aceptada de lo que conocemos.
También he añadido la línea de puntos entre el neandertal y el hombre actual por el flujo de genes que hubo entre los últimos y el hombre moderno que se puede encontrar en las poblaciones fuera de África.
Aquí faltarían más homínidos, algunos porque aún no sabemos como son, como el hombre de Denisova (del que sólo hay unos dientes) y otros porque no sabemos ni cuál ni cómo era, como el humano arcaico que se mezcló con la población africana.
También hay un hecho muy importante que no he tenido en cuenta en la infografía: el color de la piel. No sabemos el color de la piel ni el pelo (color y cantidad) de los homínidos que he puesto aquí. En principio, se supone que la pigmentación varía con la latitud y la exposición a radiación UV, pero como la piel y el pelo no se fosilizan, no hay evidencias de qué aspecto tendrían. Mi apuesta es que serían de un tono oscuro al haber evolucionado en un clima subtropical, pero para la infografía no lo he modificado. De esta forma podemos centrarnos en las características morfológicas de la cabeza (tamaño del cráneo, toro supraorbital prominente, proyección de la frente y la boca, robustez de la mandíbula, etc.) sin que el color de piel nos despiste.
También sería interesante poner, igual que he hecho con el Neandertal, diferentes cráneos de poblaciones humanas. Es especialemente interesante por ejemplo la morfología de algunos cráneos de aborígenes australianos, que recuerdan mucho a la configuración craneal de los neandertales, aunque sean tan sapiens sapiens como nosotros.
En la imagen vemos de izquierda a derecha un cráneo asiático, europeo, africano y un aborigen australiano. Podemos ver como este último tiene un toro supraorbital más pronunciado y una frente más proyectada hacia atrás, así como un occipital más aplanado y prominente con un "bulto occipital" similar al Neandertal. Aún así, repito: los aborígenes ni son ni descienden de los neandertales. Son humanos modernos, igual que el resto de la población humana actual. Nombro esto simplemente para ver cómo la morfología craneal puede variar ostensiblemente dentro de una misma subespecie.
Esta misma variación hace que igual nos tengamos que volver a plantear la clasificación en especies según la morfología de los cráneos que encontremos y tengamos que recurrir cada vez más a secuenciamientos genéticos, datación por isótopos, por sedimentos de líneas de ceniza volcánica, etc. para hacer un mapa más completo de la compleja historia de la evolución humana. A lo mejor el neandertal, denisova y el humano moderno tenían más en común de lo que pensamos. Ya hay voces que comienzan a preguntarse si no habría que comenzar a considerarlos también "humanos modernos" en algún sentido, ya que existen evidencias de cultura, lenguaje y mestizaje con poblaciones que hoy consideramos modernas.
Pues sí, las diferencias craneales son notables, sobre todo con los australianos. Quizás la razón sea el hecho de haberse cruzado con los denisovanos, que es un adn que sólo llevan los melanesios. Lo curioso es que otras poblaciones que son del mismo origen, como los nativos de Papúa o de las Salomon (que formaban, al menos la primera, parte del continente australiano ampliado en épocas de mar baja, el Sahul), no presentan esos cráneos sino otros más redondeados. Incluso entre los mismos aborígenes hay muchas diferencias.
ResponderEliminarCraso error, amigo, cuando existen diferencias morfologicas, sobre todo en formas y tamaños de los huesos, ya no podemos hablar de la misma especie, ya que el mismo concepto de especie se basa en dichas diferencias que son aun mas importantes que el color, el tipo de cabello, etc. el perro, que tiene un solo antepasado comun, ha dado docenas de razas diferentes, cada una con su morfologia y fenotipo, cada una con su caracter y especializacion, nosotros los humanos estamos empeñados en una igualdad entyre nuestras razas, que no existe y que nos negamos a verlas, todo producido por el terror que le tenemos la racismo xenofobico.
ResponderEliminarLas enormes modificaciones geneticas que se necesitaron para convertir a los pre-hominidos en homo y luego de este al hombre moderno (cromagnon) no pudieron nunca, ser producto de una evolucion al azar, son el resultado de una ingenieria genetica, de manipulacion inteligente, y es por ello que jamas encontraremos antepasados de cromagnon, asi que lo siento mucho por los evolucionistas, la evolucion murio con los dinosaurios, despues de ellos, el planeta fue modificado.
ResponderEliminarFrancisco De La Villa -
villafra5@cantv.net
Pero Francisco, ese cambio de prehominidos a homo se dio, estan documentados los australopithecus afarensis y sediba, seres con rangos simiescos y humanos, datados en 3,2 millones de años y 1,8 millones d años respectivamente
EliminarPero Francisco, ese cambio de prehominidos a homo se dio, estan documentados los australopithecus afarensis y sediba, seres con rangos simiescos y humanos, datados en 3,2 millones de años y 1,8 millones d años respectivamente
EliminarFascinantes los resultados del experimento. Y muy llamativo lo de los aborígenes australianos: yo también pienso que recuerdan mucho a los neandertales. Manejo los cráneos con frecuencia porque me dedico a la ilustración y comic prehistórico. Enhorabuena
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