"Degenerates, degenerates! We are turning to monkeys..."
En el primero hablamos sobre si utilizar carritos o mochilas para el bebé. En el segundo hablamos de como ruido de fondo puede ayudar a dormir a los más pequeños.
El título de esta entrada es el mismo que el de un artículo publicado en 2011 que habla sobre el impacto del contacto físico con los recién nacidos. El artículo es bastante llevadero y divulgativo por si queréis echarle un vistazo directamente.
En él hablan de como en humanos, el escenario evolutivo no sería el de dormir el bebé separado de la madre, sino al contrario. De hecho, hace un repaso por varios estudios que muestran como la separación entre la madre y el bebé aumenta los síntomas de estrés en el bebé y como el contacto piel a piel del bebé con la madre tiene efectos muy beneficiosos, como un mejor desarrollo cognitivo, mejores tomas incluso meses después y niveles de estrés mucho menores que los separados de la madre, aún durante algunas horas al día. De esta forma, se puede inferir que, al menos durante los primeros meses, sería muy recomendable no separarse del bebé y estar en contacto (tocándole piel a piel) con él el mayor tiempo posible.
Hay que tener en cuenta que la psicología evolucionista aplicada a la psicología evolutiva (la del desarrollo) nos habla también de que hay algunas adaptaciones que se disparan en momentos concretos del desarrollo y sus efectos se alargan durante toda la vida. De esta forma, cada persona podrá activar o inhibir la expresión de genes para adaptarse lo mejor posible a su entorno concreto. Por ejemplo, una infancia con abusos puede ca
mbiar la expresión del gen del transportador de la serotonina, sobre todo si el alelo es corto, aumentando el riesgo de depresión en la edad adulta.
Como dicen en el estudio habría que mirar algunos otros indicadores del estrés, como el cortisol en la orina o ver en un futuro que niveles de estrés, autocontrol o neuroticismo (recordemos que este rasgo estaba asociado a la serotonina y su sensibilidad, transportadores, etc.). Sin embargo, los resultados coinciden con el experimento de los niños de Splitz del que hablábamos en el artículo de los carritos y las mochilas.
A veces me sorprende que cuando se estudia el comportamiento de una especie animal se tengan en cuenta aspectos como el comportamiento de otros miembros de su género, su filogenia o el escenario evolutivo en el que surgieron ciertas adaptaciones. Sin embargo, cuando hablamos del ser humano, un primate bípedo super-social, de repente nos olvidamos de todo esto e intentamos hacer mil cábalas para intentar adivinar si es mejor hacer las cosas de una forma u otra.
Como hemos visto en este caso, tratar al hombre como lo que es (un homo sapiens) y ver los problemas de la vida diaria desde el punto de vista de la psicología evolucionista puede abrirnos los ojos y darnos algunas pistas prácticas que nuestros hijos agradecerán desde el primer día.
Morgan, B., Horn, A., & Bergman, N. (2011). Should Neonates Sleep Alone? Biological Psychiatry, 70 (9), 817-825 DOI: 10.1016/j.biopsych.2011.06.018
Brüne M, Belsky J, Fabrega H, Feierman HR, Gilbert P, Glantz K, Polimeni J, Price JS, Sanjuan J, Sullivan R, Troisi A, & Wilson DR (2012). The crisis of psychiatry - insights and prospects from evolutionary theory. World psychiatry : official journal of the World Psychiatric Association (WPA), 11 (1), 55-7 PMID: 22295011
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